Más de un abuelo aconsejó en casos de  amigdalitis proceder a las gárgaras con zumo de romerillo, pues esta práctica ha trascendido en el tiempo, cobijada bajo las muchas y variadas propiedades que esa planta silvestre, de pequeñas flores blancas, ofrece desde su humildad.

No es ostentosa ni particularmente bella, sino que crece en casi cualquier parcela de tierra (o macetas) de Cuba, salpicando los extensos verdes con breves notas de color, sin embargo posee múltiples bondades que la hacen merecedora de un lugar de honor en los anales de la medicina natural.

Su nombre científico es bidens pilosa, aunque comúnmente se le denomina Romerillo (blanco o amarrillo). Existen alrededor de 200 especies presentes en toda la Isla, en terrenos llanos o de poca elevación, cerca de las márgenes de los ríos, en los canteros de las aceras o en tejados. 

Entre las propiedades medicinales reconocidas en el romerillo se encuentran ser analgésica, antibacteriana, expectorante, antiasmático, antiviral, laxante, cicatrizante, diurético, antioxidante, sedante, antidiarreico, astringente y antiparasitario.

Foto: Tomada de Redes Sociales

Además se le atribute la capacidad de controla la picazón, mejora las defensas, alivia dolor de muelas, contra cálculos en vejiga, estimulante, Disminuye el colesterol, Antiinflamatorio contra lombrices y muchas otras.

En tanto, otros autores indican al romerillo como emenagogo (medicamento que activa la menstruación en las mujeres). Algunas bibliografías consultadas dan cuentan de su efectividad corroborante (virtud de vivificar y dar fuerzas)  y en casos de cistitis se puede utilizar el extracto fluido de romerillo, unas 20 gotas en una cucharada de agua, 3 veces al día.

Existen dos vías de administración para el romerillo: oral y tópica. Puede preparase en forma de infusión: después de hervir el agua se retira el recipiente del fuego; se vierte en él la planta picadita y se tapa. Esperar 15 minutos como mínimo para consumir o como cocimiento: se coloca la planta en el recipiente con agua y se deja hervir el tiempo estipulado para cada caso.

También puede macerase, colocando la parte de la planta que se va a utilizar en un medio acuoso o alcohólico por un término no menor de 24 horas a temperatura ambiente. A partir de entonces estará lista para usar o como fomento con paños empapados de alguna de las anteriores preparaciones.