En todo cuanto paisaje tropical hayan observado nuestros ojos, ha habido un cocotero presente: en hermosas imágenes donde las olas de una paradisíaca playa mueren lentamente en la arena o rompiéndose contra el claroscuro imponente de un atardecer…

Y su fruta, el coco, es así mismo parte indisoluble de las sabidurías populares de los pueblos asentados sobre los trópicos del mundo y trascendió los espacios geográficos para convertirse en una de los recursos naturales más socorridos por la cocina internacional, la industria de la belleza y también de la salud que aplica la medicina tradicional.

Su nombre común es cocos nucifera L. pertenece a la familia botánica de las Arecaceae y su tronco puede alcanzar hasta 30 m de altura. En el extremo de su tallo, se encuentra un penacho de hojas de más de 50 cm de longitud. El coco verde tiene un diámetro de hasta 40 cm y un peso de alrededor de 2,5 kg.

A pesar de encontrarse de forma espontánea en las zonas costeras, mayormente insulares, se piensa sea originario de las regiones tropicales de Asia. Actualmente, es muy cultivado en toda Cuba, cuya zona de mayor concentración se ubica en la oriental provincia de Guantánamo, más específicamente en la villa primada, Baracoa.

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Del coco se aprovecha todo, pero para consumo humano, se utilizan su agua y también la masa a las cuales se le atribuyen  propiedades, aun no aprobadas del todo por las autoridades cubanas, según se especifica en el Fitomed, por jemplo: el aceite extraído de la masa del coco ha sido empleado para tratar quemaduras, para fortalecer los cabellos y como laxante, su "leche" para curar forúnculos y abscesos y para aliviar la hinchazón de las mamas en las madres lactantes; la cáscara como astringente y la raíz es antidiarreica.

Aunque sí nuestros especislistas aseguran que a nivel sistémico, esta fruta posee propiedades diuréticas, actuando sobre las vías urinarias. Los médicos advierten que solo debe beberse el agua de frutos inmaduros, y cada litro de este líquido aporta al cuerpo 70 mmol de potasio; por su cualidad estéril, es también utilizada para reemplazar el suero fisiológico y cuenta con vitaminas y minerales como potasio, fósforo, magnesio, hierro y vitaminas E, C y del grupo B en mínimas cantidades; es una bebida isotónica excelente.

Su composición contiene agua (93,5%), glucosa (2,1%), levulosa (3,9%), inulina, proteínas y mínimas cantidades de sales minerales. La "copra" (endospermo seco) contiene agua (40,8%), prótidos (3,5%), lípidos (39,9%), glúcidos (14,7%), celulosa (9,9%), vitamina C, riboflavina, niacina y cenizas. 

El coco es calórico, ya que unos 100 g de coco crudo aportan unas 342 calorías que proceden de sus grasas saturadas (34%). Es pobre en hidratos de carbono (4,8 g por 100 g) y en proteínas (4,2 g en 100 g), aunque notable en fibra (8 g). Es, por ello, importante fuente de alimentación en regiones de Asia. Aporta productos de importancia comercial como la copra y el tuddy (bebida refrescante de flores inmaduras).

Su aceite resulta antiviral, antimicrobiano y antimicótico y su harina, además de ser usada en la repostería, se puede agregar con yogures o batidos, pues adiciona cierto aroma a coco muy delicado, y lo más importante, una dosis de fibra, ácidos grasos valiosos y proteínas, muy conveniente también para los intolerantes al gluten.

En el caso de la leche de coco, grasa y espesa, es muy aconsejable para preparar batidos y para ser completar salsas y sopas. Si se quiere adelgazar no se recomienda tomar más de 60 ml diarios y debe consumirse siempre de calidad ecológica.

Entre sus principales beneficios también se incluye la reducción del colesterol, dada su riqueza en ácido láurico, que evita la elevación del llamado colesterol malo (LDL) y fomenta el bueno (HDL).