La sábila es una planta pequeña, de color verde, parecida a la corona de una piña, pero más grande y espinosa, perteneciente a la gran familia (más de 420 especies, de las Aloes). Sus hojas triangulares son gruesas y con mucha pulpa, utilizada frecuentemente con fines medicinales y cosméticos y como tratamiento natural a muchas enfermedades.
Es una hierba perenne, sin tallo aparente. Posee flores amarillas que pueden observarse en una espiga que sobresale de las hojas.
Varios nombres aluden al aloe vera, nomenclatura científica de esta planta, entre los cuales se encuentran, además de sábila, aloe de Barbados o de Curazao, aunque se estima sea originario de Sudán, y más tarde fuera introducida en la región mediterránea y en la mayoría de las otras áreas cálidas del mundo.
La sábila es capaz de sobrevivir en condiciones climáticas extremas (altas temperaturas y poca agua) por eso puede cultivarse en casi todos los rincones de la Tierra.
En su composición, se han identificado, científicamente, más de 75 componentes potencialmente activos: vitaminas, minerales, sacáridos, aminoácidos, antraquinonas, enzimas, lignina, saponinas y ácidos salicílicos.
Contiene, además, vitaminas antioxidantes A, C y E, así como B12, ácido fólico y colina. Ocho enzimas pueden encontrarse en su pulpa: aliasa, fosfatasa alcalina, amilasa, bradicinasa, carboxipeptidasa, catalasa, celulasa, lipasa y peroxidasa.
Entre los minerales presentes en la sábila destacan selenio, calcio, cromo, zinc cobre, manganeso, potasio, magnesio y sodio.
Esta planta se utiliza habitualmente para tratar casi todas las afecciones en la piel (acné, quemaduras cutáneas, manchas, deshidratación y heridas) pues su alto componente de macromoléculas y vitaminas, fortalece a nivel celular y por ende a los tejidos del cuerpo. Muchas industrias cosméticas la utilizan para la fabricación de sus productos.
En cuanto al sistema digestivo, la sábila incide positivamente en la reestructuración de la mucosa gástrica, mejorando su funcionamiento y deviniendo en una mejor digestión, además de proteger la flora intestinal y reducir los síntomas del estreñimiento.
Esta planta, que parece tener soluciones para todo, también es ampliamente recomendada en pacientes diabéticos, pues reduce los niveles de glicemia en la sangre, y también en aquellos que desean reducir su peso corporal: ayuda a eliminar grasas y digamos que acelera ligeramente el metabolismo.
De forma tradicional, para uso tópico, debe aplicarse el cristal de la hoja sobre la zona afectada y repetir la misma operación entre 2 y 3 veces en el día. Si se va a ingerir oralmente, se deben adicionar 50 g de ese cristal a un litro de agua para beberlo como si fuera agua común (300-500 ml en 2 o 3 dosis diarias). Como laxante, debe prepararse de igual forma sin pelar la hoja, pero quitándole las espinas del borde. No debe administrarse en mujeres embarazadas o madres que amamantan por ninguna de estas vías para evitar posibles perjuicios.
Esta muy buena este escrito sobre la sabila
Gracias por está humilde explicación sobre la sábila. De esta forma, en lo personal, podemos aprender un poco más sobre su uso en una página confiable. Solo les pido que siempre nos traigan ese palcer de explicación para seguir aprendiendo.