Cuando se logra que lo difícil y complejo parezca fácil y aquello que parece impenetrable y lejano, se convierta en nuestro, entonces estamos con seguridad ante una gran obra de arte. Kele kele (Ediciones Unión), de la escritora Excilia Saldaña, es uno de esos libros llamados a convertirse en un clásico de la literatura cubana, si no lo es ya.
Estos relatos pudieran considerarse un mosaico que recrea la mitología africana a través de cinco narraciones, las cuales comparten un único universo, una misma lengua y leyes.
Como reza en su contracubierta, es como un soplo de sabiduría y ternura, una lectura fascinante que se vuelve voz. Más que leer, escuchamos un cuento “con la familiaridad de quien, a su vez, lo oyó de sus antepasados”.
Además de Kele kele –historia que le da título a todo el volumen–, están Las tres suspirantes, La lechuza y el sijú, Obba y Los reyes del relámpago y el trueno. Cada una destaca por la manera en que están contadas, a medio camino entre la lírica y la prosa, pero en tono de leyenda; surgidas entre cantos rituales, poesía mística y lamentos de muerte.
El amor, tema ecuménico, enlaza y atraviesa todo el texto junto a otros como la perseverancia, la ira y la mentira. Acompañan cada fábula, en esta edición, las acertadas ilustraciones para interiores y cubierta del artista de las artes plásticas Manuel Mendive; un complemento perfecto para engrandecer el singular estilo de la escritora.
En tono de patakí, pero con la fascinante poética de su autora, conoceremos la pasión no correspondida de Oyá por Changó y de cómo Oggún abrió el monte para no cerrarlo nunca más gracias a la oñí (miel) de Ochún. Otra vez este es uno de esos ejemplares que edifican nuestra identidad, cual sello que nos une a nuestros antepasados.
Una lectura llena de valores y enseñanzas, parte de ese engranaje que constituye no solo la cultura de un pueblo, sino también todo aquello que nos hará mejores seres humanos.
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Cómo disfruté cada historia! Fabuloso. Claro, es Excilia, no podia ser de otra manera. La Lechuza y el Sijú ya habia salido en solo en una edicion. Qué bueno promover esta literatura