El escritor bayamés Evelio Traba acomete con rigor y soltura en El camino de la desobediencia, más que una biografía al uso o una novela biográfica, una brillante pieza literaria fortalecedora de la identidad y la cultura cubanas. Bajo la cuidada publicación de Ediciones Boloña, este texto se sumerge de forma atrevida en los intersticios vitales de Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo, figura crucial en la concreción de las ideas independentistas de la nación.

Sin agobiar, partiendo de pormenores significativos de la vida de su protagonista, nos será develada la vida del Padre de la Patria con una estructura narrativa sorprendente a cada página.  

Imagen de cubierta: retrato de Carlos Manuel de Céspedes (1872), obra del artista J. Devich. Expuesto en la Sala de las Banderas, del Museo de la Ciudad de la Habana. Foto: Tribuna de La Habana

Ya muerto el Presidente de la República en Armas inicia el texto para llevarnos en un viaje desde su niñez, primeros estudios, aventuras en las haciendas familiares, amores, riñas, hasta llegar al joven abogado rebelde e inconforme que da el grito de guerra, el 10 de octubre de 1868, para al final ser cobardemente abatido por el Batallón de Cazadores de San Quintín en las serranías de San Lorenzo, el 27 de febrero de 1874. Esta es, a grandes rasgos, la trama escritural de un volumen con una urdimbre de sobra compleja.

Es un libro escrito, casi en su totalidad, en primera persona, como un diario, y desde varias voces. Los personajes se perfilan con una delicadeza que sobrepasa, de manera precisa, la imagen viciada que podamos tener de alguno de ellos, aspecto distintivo de su autor.

Notables son el lenguaje, estilo, y el empleo de una prosa cercana al registro culto. Este último dialoga de modo continuo con la fábula, relatada desde matices tan carnales, la cual contrasta –a la vez que construye–, el convulso y romántico entorno del siglo XIX.

Aunque no es una obra para todos los lectores, también me atrevo a asegurar que tampoco los dejará indiferentes, pues desciende de su pedestal y arranca de los libros de Historia al héroe para mostrarnos al hombre vivo y próximo. Edifica el carácter y la personalidad del ser humano con sus virtudes y defectos, errores, aciertos y desenfrenadas pasiones; en especial aquella que siempre le quitó el sueño, la libertad de Cuba.