¿Qué hacer si en medio del sendero de la vida parece que ya nada tiene sentido?

Fiebre de invierno (Premio novela, Casa de la Américas 2005) es mucho más que la historia de una mujer agobiada por sus mortificaciones personales en pleno climaterio.

Sinopsis

Jacqueline –la protagonista– es licenciada en Historia del Arte, y a pesar de alcanzar un gran éxito profesional, la vida le da un vuelco cuando debe enfrentarse al divorcio después que su esposo Marcelo un reconocido y famoso escritor la abandona por una pintora mucho más joven que ella, a una edad donde ve como única opción -para las mujeres solas– la de conformarse, como ella misma dice con un “compañero de camino”. Proponerse escribir su primera obra de ficción será la manera de hacer catarsis ante este gris y doloroso panorama.

Rasgos significativos

Un argumento que se mueve cimentado de rasgaduras, estremecimientos y evocaciones a través de la infancia, adolescencia y juventud, del personaje principal. Podemos saborear una prosa extremadamente directa, minimalista y en primera persona, elemento que acentúa el tono intimista y nostálgico que cruza toda esta obra.
Notables son las acertadas y directas referencias a la obra de artistas como Dylan Thomas, Raymond Carver, Gustave Flaubert o Veermer durante toda la narración cobrando un importante rol para el hilo argumental.

“Así que no tendré remordimientos. La novela que voy a escribir será, para decirlo de algún modo, hiperrealista, y se llamará Fiebre de invierno por el verso de Dylam Thomas que fue por mucho tiempo el verso predilecto de Marcelo: << y yo estoy mudo para decirle a la rosa encorvada / que doblega mi juventud la misma fiebre de invierno >> (…) Cuando me enamoré de él, durante mi adolescencia, citaba constantemente ese poema: << La fuerza que por el verde cable lleva la flor >> Se paseaba por los alrededores de nuestra Secundaria con un ejemplar de los poemas de Dylam Thomas bajo el brazo. Lo imitaba muy bien”.

“Yo no pude reprimir las lágrimas. Cuando Benvenuta se percató de que yo estaba llorando, se volvió con crueldad hacia mí y me espetó.

“—¿A eso viniste a Nueva York, a llorar? Yo no entiendo esas lágrimas ni qué hacemos aquí ni por qué un músico tan mediocre significa tanto para la gente de tu generación. Todavía tienen la cabeza perdida en el pasado: ídolos, modelos. Ustedes son unos fanáticos. (…) “Benvenuta tenía entonces veintitrés años y, ni siquiera ahora, próxima a cumplir los treinta, comprende a Lennon”.

(…) Para ella no había fe ni desgarramientos. Su modo de apropiarse de la vida es un accidente. No le interesa convencer a nadie. Arrebata y disfruta lo que puede y sigue su camino como si nada. Así me arrebató a Marcelo. Creo que jamás ha llorado por nadie ni por sí misma”.
El uso del recurso de la metaficción, o metanovela en un resignado camino hacia el final hace que los límites entre la ficción y la realidad se vuelvan muy estrechos.

Como telón de fondo y cual recurso ineludible a la vez para la trama –tan usado en la literatura de la Isla– está el paisaje de la realidad social de la Cuba de los difíciles y duros años 90, en pleno Período Especial. Fue otro de los aciertos con los que entré en conflicto, porque este tipo de escenario me satura (debe ser porque es algo que he vivido muy de cerca y deseo escapar de mi realidad, como puede suceder a personas con la primera/segunda guerra mundial o la guerra civil española). A pesar de ser un complemento fundamental para la historia simplemente fue algo con lo que no tuve una empatía lectora.

Los personajes

Los personajes son tan diversos como sus circunstancias. Tenemos a Marcelo, su esposo, a quien conoce desde la adolescencia; él se ha convertido en un escritor exitoso (ella desarrolló hacia él una especie de fascinación). Benvenuta la pintora joven con quien Marcelo la traiciona, es este tipo de personaje que representa a las personas que necesitan escalar, subir puestos a través y según con quien se relaciones, estos para mí son los personajes que mueven más la acción. También está su amiga Irina que viene a representar o a sufrir y mostrar otro tipo de traición en las mujeres y Luis Enrique un amigo pintor mucho más joven, con el cual ella fabula en su mente imaginándose entre sus brazos. También pasan por la novela personajes de un tiempo anterior, es en esos momentos en que la narración hace algunos flashback.

Impresión

Aunque es innegable lo bien escrita que está la novela y construcción en la medida justa de sus personajes, etcétera, debo confesar, no es una novela que me haya encantado, ¿por qué? No es una obra que nos va a tener al borde de la silla, es una lectura muy pausada, eso sí, muy fluida, pero plana en emociones. No fue una obra que me estremeciera, definitivamente no se quedó conmigo. Esto no quiere decir que no lo recomiende y le den una oportunidad. Porque, a pesar de todo, es una novela que habla de temáticas vitales y medulares para la sociedad de hoy como son, la soledad, explora en las motivaciones, los miedos e intereses en los otoñales años de la mujer. Como siempre pienso y digo, uno debe comprobar las cosas por sí mismo.