El pueblo de Cuba rememora cada 27 de mayo la fecha en que el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, ese día de 1991, recibió, en el Mausoleo de El Cacahual (donde también reposan los restos del Lugarteniente General Antonio Maceo), a los últimos 500 combatientes internacionalistas procedentes de la República Popular de Angola.

Esos combatientes, en gesto altruista, solidario y humano, sacrificaron sus vidas por contribuir a la salvaguarda de la independencia de esa hermana nación africana, y además apoyaron a la erradicación del apartheid en la región.

Este solemne acto fue precedido también por la emotiva e impactante declaración ofrecida entonces por el General de Ejército, Raúl Castro, a Fidel, al expresar: “A nuestro pueblo y a usted, Comandante en Jefe, informo: ¡la Operación Carlota ha concluido!”.

Esa era la denominación histórica dada a la gloriosa acción emprendida por los cubanos en el continente africano, epopeya que trascendió las fronteras de Angola y demostró el profundo sentido del internacionalismo del pueblo cubano, que no cejó en su empeño de ayudar a otras naciones invadidas y en peligro de ser cercenada su soberanía por los racistas sudafricanos y aliados y mercenarios a su servicio.

La Operación Carlota ha sido considerada una importante hazaña militar de la historia contemporánea. Cuba salió del territorio angolano suscribiendo la Declaración Conjunta, luego de apoyar su liberación y coadyuvar, además, a la derrota del ejército sudafricano que sustentaba la esclavitud y segregación racial, pero se vio precisado a ir definitivamente a la mesa de negociaciones, a pesar de su entonces prepotencia y tradicional arrogancia.

Como consecuencia de las victorias obtenidas en los combates y acciones militares por los cubanos, angolanos y guerrilleros de movimientos de liberación de África, más el quehacer diplomático desplegado por las partes en el conflicto, se logró el 22 de diciembre de 1988 firmar en Nueva York, el acuerdo entre Cuba, Angola y Sudáfrica, el cual estableció además iniciar en abril la aplicación de la Resolución 435/78 para la independencia de Namibia. Ese hecho trajo consigo la justa emancipación del pueblo namibio que tanto sacrificio y lucha había sostenido durante años.

La Isla solo trajo de vuelta a la Patria a sus héroes y mártires, los que desinteresadamente ofrendaron lo más preciado, sus vidas, por la libertad de pueblos hermanos, enlazados por sangre e historia. Cuba no fue al África en busca de prebendas ni recursos, solo su gesto altruista y martiano de que Patria es Humanidad lo convocó a asumir esa proeza reconocida internacionalmente, como trascendente.

En este aguerrido pueblo vivirán por siempre sus gigantes, los internacionalistas cubanos, esos que no solo en Angola, sino también en otras tierras del mundo han contribuido con su sacrificio y entrega infinita a la causa de la justicia e independencia, en pos de un mundo mejor para todos en el planeta.

Otras informaciones:

Recuerdan en Cuba excarcelación de Fidel Castro del Presidio Modelo