El Morrillo, en la occidental provincia de Matanzas forma parte significativa de la Historia de Cuba. En ese lugar fue asesinado el 8 de mayo de 1935 el joven patriota Antonio Guiteras Holmes, quien fue un importante líder durante la Revolución de 1933, frente a la dictadura de Gerardo Machado.
Nacido en Pensilvania, Estados Unidos, en noviembre de 1906, e hijo de padre cubano y madre norteamericana, se trasladan a la Isla en 1913. Y desde entonces vivieron entre Pinar del Río y Matanzas, hasta su traslado a residir en La Habana.
En su seno familiar tuvo influencias de su tío y abuelo muy cercanos a procesos de independencia de Cuba e Irlanda, respectivamente. Y de igual manera, su padre, además de hombre de vasta cultura, tenía pensamiento liberal y también le inculcó el amor a la Patria y al apóstol José Martí.
Tempranamente, Guiteras se sensibilizó con la situación política del país; se acercó a las ideas de Julio Antonio Mella con la Reforma Universitaria y el movimiento estudiantil, popular y político. Se graduó de Doctor en Farmacia en la Casa de Altos Estudios en 1927, y fue adquiriendo mayor conciencia revolucionaria y antimperialista, visualizando y condenando la injerencia de EE.UU. en el país.
Por su capacidad y experiencia, logra insertarse en la lucha contra la tiranía machadista, funda la Unión Revolucionaria, aglutinando algunas organizaciones entonces existentes.
Por su vocación independentista y desde la UR emite el "Manifiesto al pueblo de Cuba", con el objetivo de unir las fuerzas antimachadistas, aunque haya diversidad de tendencias políticas. Creía en la lucha armada para el derrocamiento del régimen.
A partir de la caída de Machado en agosto de 1933, surge el gobierno de Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, derrocado a los pocos días por una sublevación de militares que luego da paso a la denominada Pentarquía, Gobierno de los Cien Días, en el que Guiteras ocupa el cargo de Secretario, Ministro de Gobernación. En esta posición política logra tomar medidas a favor de las clases populares, disposiciones que no eran bien vistas por Washington y oligarquías locales.
Entre las medidas dispuestas estuvo: crear la Secretaría de Trabajo, la jornada laboral de 8 horas, el jornal mínimo, depuración de organismos estatales, repartición de tierras, proclamó la autonomía universitaria, convocatoria a una Asamblea Constituyente, rebaja de precios de artículos de primera necesidad, entre otras a favor del pueblo, de los más desposeídos.
Por su accionar revolucionario y su pensamiento radical y antimperialista fue acosado por los órganos represivos y la rancia burguesía de turno en contubernio con la embajada estadounidense que lo consideró un potencial peligro para sus intereses de dominio de la nación caribeña la que veían como su traspatio.
Ante sus convicciones e ideas progresistas y revolucionarias en el contexto político y socio-económico que se desenvolvió es asesinado por esbirros en el Morrillo el 8 de mayo del 1935, en plenitud de facultades y conocimientos sobre la necesidad de radicalización del proceso hacia la plena independencia de Cuba.
Pero Guiteras vive en el corazón del pueblo para el que trabajó y ofrendó su vida. Es símbolo de revolucionario, patriota y antimperialista.
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