Camilo Cienfuegos Gorriarán es reconocido por su lealtad a Fidel, la Revolución y a su pueblo que lo admiró y quiso como uno de sus más preciados hijos. Su humildad, sencillez, carácter afable y coraje le hicieron acreedor del amor de sus compatriotas.

Nació en la barriada de Lawton, en La Habana, el 6 de febrero de 1932 y desde muy temprana edad se destaca por su sensibilidad humana y contrario a toda manifestación de injusticia. Participa en protestas populares desde muy joven, enfrentándose a la dictadura batistiana por lo cual es fichado por las estructuras represivas del tirano y precisado a emigrar a Estados Unidos por la persecución de la cual fue objeto, y también por razones económicas.

Casa Museo Camilo Cienfuegos, Lawton Foto: María Victoria Valdés Roda

Se unió en el exilio a otros revolucionarios radicados en New York, y al ser deportado por las autoridades migratorias estadounidenses por vencer su permiso de residencia y además conocer del proyecto organizado por el máximo líder Fidel Castro en México relacionado con la expedición a Cuba para liberarla, decide sumarse al plan por coincidir con sus ideales y amor a la Patria.

Luego de lograr ser aceptado en el grupo de combatientes y participar en la preparación militar, será uno más de los 82 hombres que guiados por Fidel realizarán la travesía en el yate Granma hasta desembarcar en tierras del oriente cubano para iniciar la lucha por la independencia frente a una de las dictaduras más sangrientas entonces, de América Latina.

Después de llegar a la Isla en las muy complejas condiciones climáticas y lo difícil que resultó la zona de desembarco ante la presencia próxima de las huestes batistianas, se produjo una dispersión de las fuerzas de los revolucionarios en el área de Alegría de Pío, mientras se adentraban en lo intrincado de los caminos hacia la Sierra Maestra. Posteriormente al encontrarse con el grupo del Comandante Juan Almeida continúan reagrupándose hasta su reencuentro con Fidel, e integra la Columna 1 José Martí, dirigida por el máximo líder.

A partir de entonces, Camilo se destaca como combatiente, no solo en los ataques al cuartel de La Plata, Arroyo del Infierno, Altos de Espinosa, cuartel del Uvero, primer y segundo combate de Pino del Agua (donde fue herido), entre otros. Su valentía y determinación ante el enemigo lo hacen acreedor de ser ascendido al grado de teniente, y como pasar a jefe guerrillero de la Columna No. 4 del Che. Es nombrado al frente del Pelotón de la Vanguardia, siendo significativa su participación en otros combates que se suceden los cuales muestran su potencial de mando, siendo nombrado luego, capitán del Ejército Rebelde.

Por sus cualidades como guerrillero se le asigna extender la gesta emancipadora, convirtiéndose en el primer jefe rebelde que combate fuera de la Sierra, manteniendo en jaque a la tiranía. Y para abril de 1958 es ascendido a Comandante y nombrado Jefe de la Columna 2 Antonio Maceo, operando en varias ciudades y zonas urbanas de la región oriental, a la vez que regresaba a lo intrincado de las montañas, salvaguardando la Comandancia General de La Plata, ante la Ofensiva batistiana que fue desarticulada y derrotado sus propósitos de vencer al Ejército Rebelde.

En un contexto de la guerra en que las fuerzas revolucionarias deciden pasar a la ofensiva definitiva se le designa la compleja misión de junto a la Columna 8 Ciro Redondo del comandante Ernesto Che Guevara, realizar la invasión al centro y occidente del país, como otrora hicieron los mambises durante la Guerra de Independencia del siglo XIX.

Su nueva y riesgosa misión esta vez era penetrar en Las Villas, apoyar al Che y lograr consolidar las posiciones rebeldes para luego continuar marcha. Fueron duros días de batallar en zonas de esa provincia y en Yaguajay donde vencen al enemigo lo cual coincide con la gesta heroica en Santa Clara, y el descarrilamiento del tren blindado con tropas de refuerzo batistiano logrado por el Che, precipitando estas importantes acciones militares la caída de Fulgencio Batista.

Y con el triunfo de enero de 1959, Camilo asume nuevas tareas; marcha a tomar la fortaleza del Campamento de Columbia, lo que logra el día 2, y es nombrado Jefe de todas las fuerzas de Tierra, Mar y Aire radicadas en La Habana. Recibió la Caravana de la Victoria liderada por Fidel el día 8, y en el acto multitudinario de ese día, el Comandante en Jefe mostró la plena confianza en el también Héroe de Yaguajay cuando dijo; ¿Voy bien Camilo?, a lo que éste emocionado respondió; ¡Vas bien Fidel!

El 20 de enero de 1959 fue designado Jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde, desde donde desempeñó significativas misiones al tiempo que restructuraba las fuerzas armadas. Luego de la huida y derrota del dictador se convierte en un baluarte de defensa de la Revolución, y el 20 de octubre al conocer de la traición de Hubert Matos en Camagüey se dirige de inmediato al lugar a detener el complot lo cual de manera decidida desarticula y evita peores consecuencias.

Su último discurso lo realiza el día 26 ante el otrora Palacio Presidencial en La Habana y frente a miles de ciudadanos que también se congregaron a escuchar al Comandante en Jefe. Al intervenir Camilo deja claro su posición de inclaudicable guardián de la Revolución, y defensor de los pobres de la tierra, a la vez que expresó:

“...no importan las traiciones arteras y cobardes que puedan hacer a este pueblo y a esta Revolución, que no importa que vengan aviones mercenarios tripulados por criminales de guerra y amparados por intereses poderosos del Gobierno norteamericano, porque aquí hay un pueblo que no se deja confundir por los traidores.

Esta manifestación de pueblo, estos campesinos, estos obreros, estos estudiantes que hoy vienen a este Palacio, nos dan las energías suficientes para seguir con la Revolución, para seguir con la Reforma Agraria, que hoy no se detendrá ante nadie ni ante nada. Porque hoy se demuestra que lo mismo que supieron morir veinte mil cubanos por lograr esta libertad y esta soberanía, hay un pueblo entero dispuesto a morir, si es necesario, por no vivir de rodillas...”.

El 28 de octubre de 1959, luego de viajar a Camagüey por funciones de trabajo, cuando regresaba a La Habana en el pequeño aparato identificado con las siglas FAR 53, la aeronave que cubría el vuelo, no llegó a su destino, lo cual generó una incesante búsqueda del inolvidable y querido Comandante que se extendió hasta mediados de noviembre, aunque de manera infructuosa.

En el malecón habanero se ofrecieron flores a Camilo como muestra de respeto. Foto: Oilda Mon

Pero Camilo sigue vivo en su pueblo, en cada hombre, mujer, niño cubano, y sigue siendo un símbolo enaltecedor de la Patria por la cual luchó hasta su último aliento.

Cada año, ese día millones de cubanos a lo largo y ancho del territorio le rinden homenaje al también Señor de la Vanguardia, al Hombre de las Mil Anécdotas y Héroe de Yaguajay, a Camilo Cienfuegos Gorriarán.

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