La Asamblea de Jimaguayú en el contexto de la Guerra Necesaria de 1895 en Cuba tiene lugar entre los días del 13 al 16 de septiembre de 1895. Y tiene como objetivo esencial lograr sustentar la unión de las fuerzas revolucionarias que tanto había concebido José Martí con la entonces creación del Partido Revolucionario Cubano en 1892 con el fin de evitar las contradicciones y desaciertos acontecidos durante la Guerra del 68, pero lamentablemente el Apóstol que tanto dispuso sobre ello, había fallecido meses antes.

En este encuentro entre veteranos y pinos nuevos participantes en la renovada gesta emancipadora contra el colonialismo español se buscaba una estructura de dirección, de Gobierno más sencilla y operativa.

Los 20 delegados, en su mayoría jóvenes presentes en la Asamblea, eran profesionales de diversas ramas del conocimiento e integraban los cuerpos del Ejército Libertador y estaban convocados a realizar la Constitución de la República en Armas, luego de la experiencia anterior en Guáimaro.

En esta ocasión se aprobaron 24 artículos en el texto constitucional, reflejando los principios políticos y la ideología de la revolución naciente, así como también la división de las funciones militares y civiles con las prerrogativas de esta última, en un Consejo de Gobierno. Y para no reiterar los errores y la fractura de la anterior contienda que tuvo como expresión el Pacto del Zanjón, se aprobó que el tratado de paz con España debía tener precisamente por base la independencia absoluta de la isla de Cuba, y ser ratificado por el Consejo de Gobierno y la Asamblea de Representantes.

Luego de efectuarse el primer Consejo de Gobierno, Cisneros Betancourt quedó como presidente y Bartolomé Masó, vicepresidente, ambos veteranos de la Guerra de los Diez Años, y Máximo Gómez fue ratificado como General en Jefe del Ejército Libertador, y como Lugarteniente General, el General Antonio Maceo, y entonces Estrada Palma que era delegado del PRC tras la muerte de Martí, fue asignado para el cargo de Delegado Plenipotenciario del Consejo de Gobierno. Se precisaba en la nueva epopeya de estructuras organizativas diferentes a las del 68, más fortalecidas y que potenciaran la unidad e institucionalidad.

La Constitución de Jimaguayú aprobada el 16 de septiembre de 1895 en Camagüey, tierra del prócer Ignacio Agramonte y donde ofrendó su vida por la libertad, declara en su contenido la separación de Cuba de la Española y su constitución como Estado libre o independiente con Gobierno propio por autoridad suprema con el nombre de República de Cuba.

Esta Asamblea tuvo un rol preponderante en la unidad necesaria ante la lucha contra el colonialismo español, y representó un momento importante para darle representatividad al proceso fundacional de la República de Cuba en Armas y en la institucionalización de la Revolución. Se logró el equilibrio entre el mando civil y militar como concebía Martí, y a pesar de los acontecimientos posteriores luego de la Guerra Hispano Cubano Norteamericana, el resultado de la Asamblea fue significativo en el contexto desarrollado de la época, a la vez que mostró la madurez y determinación de los cubanos de ser libres y luchar hasta vencer al coloniaslismo imperante.

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