La Ciudad Héroe Santiago de Cuba cuenta en su gloriosa historia de lucha con heroicos sucesos y una larga lista de mártires de la Patria, en su mayoría jóvenes que ofrendaron sus vidas por la independencia la Isla ante tiranías imperantes durante la seudorepública. Una de las más abominables que los cubanos enfrentaron fue la de Fulgencio Batista que tuvo su máxima expresión con crímenes de lesa humanidad en la década de los años 50, del pasado siglo.

En ese contexto de efervescencia patriótica y revolucionaria que existió en la ciudad del oriente, grupos de políticos aliados al régimen organizaron, a mediados de 1957, en el parque Céspedes, un mitin de apoyo a Batista con el fin de dar una imagen al país y el mundo de tranquilidad en la nación caribeña, algo alejado de la realidad, y para ello reforzaron las medidas represivas.

El M-26-7 ante esa falsa planificó acciones para sabotear la pantomima escenificada por la dictadura en un momento de convulsión política y social en auge.

Josué País, hermano menor de Frank; Salvador Pascual y Floro Vistel por el Movimiento preparan acciones para desarticular ese acto, incluyendo arengas al pueblo a luchar. Pero miéntras los jóvenes se dirigen al Paseo Martí en auto de alquiler, este es circulado y descubierto por los casquitos de la policía que inician una implacable persecución, y entre las calles Martí y Crombet, en desigual enfrentamiento, son heridos y rematados los combatientes por los sicarios batistianos, el domingo 30 de junio de 1957, día de la convocatoria del fatídico mitin.

Estos hijos de la Patria, héroes de las batallas por la independencia, no rebasaban los 23 años y Josué aún no llegaba a los 20 cuando fue asesinado, y a pesar de su corta edad se había sumado tempranamente a la lucha junto a su hermano, participando en la organización de Acción Revolucionaria Oriental, y por sus acciones fue en 1954 retenido por pintar en un muro ¡ Abajo Batista!, y con sus entonces 16 años estuvo sancionado, como menor de edad, a un año de prisión domiciliaria, y aún así continuó su actividad revolucionaria. Posteriormente fue detenido cuando el Levantamiento del 30 de noviembre en Santiago por lo cual también cumplió prisión, y luego de liberado asumió la clandestinidad dentro del Movimiento 26 de Julio.

El sepelio constituyó una multitudinaria manifestación popular, cientos de santiagueros desafiaron las medidas de las huestes batistianas, y los féretros de estos gigantes fueron cubiertos con banderas del 26 de Julio y entonadas las notas del Himno Nacional durante la travesía al cementerio. Hombres y mujeres de su tierra les acompañaron demostrando que su pueblo no cejaría en el empeño por redimir a sus hijos.

Jóvenes como Josué, Floro y Salvador derramaron su sangre por ver la Isla libre de tiranías como la del sanguinario Fulgencio Batista que enlutó a cientos de familias. Pero la muerte de estos compatriotas no fue en vano, ellos junto a miles de cubanos que lucharon durante décadas contra los gobiernos de turno en la etapa de la República mediatizada, irrigaron el sendero hacia la plena independencia alcanzada el Primero de Enero de 1959.

Los mártires de la Patria son símbolo de sacrificio y entrega infinita a la causa de la Revolución, y no serán jamás olvidados ni muertos, estarán por siempre en la memoria de su nación que los honra y admira por su proeza.

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