En la llamada " Brigada 2506" que invadió por Playa Girón, en abril de 1961,a pesar de las afirmaciones en contrario de la prensa yanki y de algunos mercenarios que en los primeros días pretendieron posar actitudes de pudor, no solamente vinieron decenas de batistianos enriquecidos durante la tiranía, sino también ciento noventa  y cuatro ex militares de todos los rangos que apoyaron y defendieron hasta el final la tiranía de Batista, contándose entre estos algunos de los más connotados esbirros y asesinos del régimen derrocado por el pueblo el primero de enero de 1959.

El titulado jefe de la brigada invasora, José Alfredo Pérez San Román, fue uno de los capitanes de las fuerzas armadas de la tiranía. Junto con este vinieron también de alta graduación, los ex comandantes José Martínez Suárez y Jaime Varela Canosa, los ex capitanes Salvador Ziegenhirt Menéndez, Carlos Jorge Nasser, José Manuel Vives Spindola, Harry Pérez Hernández y Juan Antonio Santamarina Bermúdez, 7 primeros tenientes, 11 segundos tenientes, 19 sargentos, 14 cabos y 59 soldados y policías de las disueltas fuerzas armadas de la tiranía.

Juicio Aparte a los más connotados asesinos y criminales de guerra

El día 8 de septiembre de 1961 los tribunales revolucionarios celebraron juicio aparte en la ciudad de Santa Clara, a 14 de los más connotados esbirros y asesinos de la tiranía, que participaron en la invasión mercenaria por Playa Girón, en abril de 1961, condenando a cinco de ellos a la pena de muerte y sentenciando a 30 años de prisión a los nueve restantes.

Los Tribunales Revolucionarios condenaron a muerte a Ramón Calviño Insua, Jorge King Yung (alias "el chino King"), Emilio Soler Puig (alias "El Muerto"), Roberto Pérez Cruzata y Antonio Valentín Padrón Cárdenas.

Ramón Calviño Insua, fue cabo de la Policía Nacional de la tiranía y monstruoso asesino a las órdenes del criminal Esteban Ventura Novo, cometiendo numerosos asesinatos, torturas y atropellos.

Jorge King Yung (Alias "el Chino King"), a mediados del año 1960, en compañía de otros contrarrevolucionarios, después de ganarse la confianza del soldado del Ejército Rebelde, Raúl Pupo Morales, quien estaba como custodio en el embarcadero conocido por la "La Salina”, en Matanzas, con el propósito de robar un barco y fugarse ilícitamente del país, a fin de alistarse en las fuerzas mercenarias que se entrenaban para invadir a Cuba, sorprendió al mencionado custodio, asesinándolo vilmente en presencia de su esposa e hijos, infiriéndole numerosas puñaladas y extrayéndole las vísceras, secuestrando posteriormente a la esposa e hijos de la víctima, llevándolos de rehenes hasta Estados Unidos, donde fue acogido por las autoridades yanquis.

Emilio Soler Puig (alias "El Muerto") fue el autor del asesinato del líder obrero portuario Aracelio Iglesias en el año 1948, y de la muerte del exiliado dominicano "Pipí " Hernández en 1955.

Antonio Valentín Padrón Cárdenas, fue un notorio asesino de la tiranía que cometió numerosos crímenes en la región oriental, siendo hombre de confianza del chacal Fermín Cowley Gallegos, odiado jefe militar en Holguín.

Roberto Pérez Cruzata fue traidor a la Revolución, quien en enero de 1959, en ocasión de encontrarse detenido en la Sección Motorizada de la Policía Nacional Revolucionaria, el doctor Rafael Escalona Almeida, recibió órdenes del también traidor Humberto Rodríguez Díaz, para que diera muerte al detenido Escalona Almeida, lo que vilmente cumplió ametrallándolo, hecho por lo que resultó sancionado conjuntamente con Rodríguez Díaz en la Causa No.52 de 1959 del Tribunal Revolucionario de La Habana, logrando evadirse ambos posteriormente de la prisión de la Cabaña, fugándose hacia Estados Unidos.

De izquierda a derecha los asesinos y esbirros batistianos Emilio Soler Puig (Alias El Muerto), Andrés Vega, Nicolás Hernández Méndez, Antonio Padrón Cárdenas, Pedro Vila, Ramón Calviño Insua y Jorge King Yung. Foto: AP

Véase algunas de los hechos realizados por los condenados a 30 años de prisión:

Pedro Armando Santiago Villa (alias "El Bicho"), esbirro de confianza del asesino Conrado Carratala, después de traicionar el Movimiento Revolucionario 26 de Julio. Realizó distintos crímenes, infirió torturas y delató a numerosos revolucionarios.

José Franco Mira, esbirro del Buró de Investigaciones y asesino del joven revolucionario Sergio González "El Curita”, así como también del joven revolucionario Efraín Alfonso Liriano.

Rogelio Milián Pérez, acusado de asesinar y torturar en la 14 Estación de Policía. Participó en la detención y asesinato del joven revolucionario Reinaldo García en la mencionada estación policial, en el año 1957.

Andrés de Jesús Vega, esbirro autor de la muerte del joven Raúl Mercuello Barrios y de tres revolucionarios más Participo también en los sucesos de la calle Humboldt, donde fueron masacrados un grupo de revolucionarios por las fuerzas represivas de la tiranía.

José Rafael Machado Concepción, responsable de la muerte del joven Valeriano López Broche, en el pueblo de Camajuaní.

José Ramón Conté Hernández, autor del asesinato del estudiante y obrero Antonio Díaz Santana, y prófugo de la Causa No.448 de 1959 del Tribunal Revolucionario de La Habana.

Nicolás Hernández Mendezy, asesino de Mario Cardet Pérez y de otros revolucionarios. Fue miembro del grupo represivo y gansteril del asesino Rolando Masferrer, conocidos por los Tigres de Masferrer, en las zonas de Holguín y Victoria de las Tunas, donde realizó numerosas brutalidades y atropellos.

Pedro Humberto Reyes Bellos, acusado de múltiples asesinatos y torturas cometidas en Victoria de Las Tunas.

Eran estos, a grandes rasgos, los hombres que mandó el imperialismo yanqui, organizándolos en una invasión que les costó más de 45 millones de dólares y les significó la primera derrota militar en América Latina.

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