La invasión por Playa Girón y el preámbulo de acontecimientos criminales sobrevenidos en abril de 1961, (ataque a las bases aéreas de San Antonio, Ciudad Libertad y Santiago de Cuba, entre otras acciones terroristas que venían suscitándose) fueron hechos organizados y ejecutados por mercenarios entrenados, equipados y dirigidos desde Washington.

Sin embargo, el acto de cobardía contra la pequeña, pero corajuda Isla potenció la unidad del pueblo en torno a la Revolución e integridad de la Patria. Los enemigos de esta tierra de gigantes no calcularon jamás que la incursión armada fuese derrotada en menos de 72 horas por el arrojo y determinación de miles de cubanos decididos a ofrendar su vida por la salvaguarda de la soberanía de su nación.

Girón fue el detonante de una serie de disposiciones de asedio, subversión y violaciones del derecho internacional lo cual incluyó, el espacio aéreo de la Mayor de las Antillas.

Los sicarios de Batista en contubernio con la élite oligárquica local y compañías extranjeras, fundamentalmente estadounidenses, que dominaban los principales recursos del país en estrecha relación con la Agencia Central de Inteligencia de los EE.UU. planificaron la intervención militar con el apoyo logístico y la estrategia concebida con la Casa Blanca.

Las lecciones de la historia y especialmente el comportamiento del gobierno de Estados Unidos a partir del triunfo revolucionario de 1959, mostraron el falso interés de sustentar relaciones con la Isla de igual a igual, con respeto a su independencia y autodeterminación. La victoria de enero sobre el régimen sanguinario de Fulgencio Batista (que a tantas familias enlutó en campos y ciudades) se había producido en un contexto de abismal discriminación social y racial institucionalizada, con importantes indicadores de pobreza extrema, analfabetismo, insalubridad y otros flagelos fomentados durante décadas de “República Mediatizada” amparada por Norteamérica la cual entonces no demandó protección de derechos humanos ni democracia, a la dictadura batistiana.

Esa actitud imperial tenía su esencia en la consideración de la nación caribeña como su patio trasero, donde podían practicarse y hacer proliferar garitos, todo tipo de vicios, prostitución, corrupción y además desfalco de las cajas de seguro social, entre otras barbaries imperantes entonces.

Los mercenarios que el 17 de abril de 1961 desembarcaron por Playa Girón encontraron un bastión inexpugnable, con una profunda conciencia revolucionaria y humanista que hizo que los cubanos no cejaran en su empeño de desterrar de la Patria a quienes intentaron retrotraer el ignominioso pasado de explotación del hombre por el hombre e imponer nuevamente el latifundismo que mantuvo a los campesinos y obreros como esclavos del amo que durante años fue dueño de sus tierras y viviendas.

Cuba ha tenido que enfrentar muchos desafíos, y siempre a pesar de las provocaciones, los perennes bloqueos y asedios se ha impuesto la voluntad popular de defender las conquistas de la Revolución. Y hoy en un complejo escenario nacional e internacional Girón sigue en la memoria del pueblo, presto a vencer cualquier reto, o agresión.

Vea también:

Días de Girón o cronología de la victoria