…para mí fue un descubrimiento ver el servicio
tan humano que prestaba el hospital "Julio Díaz", uno de
los más humanos porque trata de resolver problemas muy
serios, muy dramáticos, muy traumáticos (…)
unos adquiridos y otros congénitos
Fidel, 6 de octubre de 1988

Sentimientos de orgullo y compromiso fueron perceptibles en el colectivo del Hospital de Rehabilitación Física, Julio Díaz, cuando el secretario general de la Central de Trabajadores (CTC) de La Habana, Alfredo Vázquez, dijo las palabras centrales en el acto de recordación por el aniversario 65 del combate del Uvero, en el cual cayó el combatiente del Moncada, expedicionario del Granma y del Ejército Rebelde, Julito Díaz González, con apenas 28 años de edad, junto a otros valiosos compañeros.
En presencia de Rolando Yero Travieso, miembro del Buró del Comité Provincial del Partido, y Susel Lameré García, primera secretaria de la organización partidista en el municipio de Boyeros, se recordaron momentos que nos obligan a evocar la Reflexión del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, del 28 de mayo de 2012, en la cual subrayaba: “Julio Díaz, bravo combatiente que disparaba con una trípode, no pudo avanzar; yacía a mi lado con un balazo mortal en la frente”, en la acción combativa que, al decir del Che, marcaría la mayoría de edad del Ejército Rebelde.
También se recuerdan aquellas palabras estremecedoras del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque cuando, en su libro sobre la Sierra Maestra, describía “…la exclamación de dolor de Ramirito (Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez) cuando vio caer a su amigo y compañero, que juntos habían transitado por los caminos de la lucha hasta hoy”.
Julio Santiago Díaz González nació el 23 de mayo de 1929 en una casa de campesinos humildes. Hace dos años, durante un recorrido del Consejo Provincial de la Defensa, su presidente y primer secretario del Comité Provincial del Partido en La Habana, subrayó a los trabajadores del Hospital Nacional de Rehabilitación Julio Díaz González: "No olviden nunca esa noble y alta misión que tienen ustedes,
que es, desde la tristeza, devolver la felicidad a los pacientes”.
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