Fueron más de 150 los cubanos caídos en Playa Girón, hace casi 61 años. Difíciles tiempos aquellos donde hacer historia era el día a día de una generación que también estaba dispuesta a tomar el cielo por asalto.
Cubanos comunes que, sin llenar con sus nombres libros de historia, escribieron algunas de sus mejores
páginas.
A dos años del triunfo revolucionario, el Gobierno de Estados Unidos estaba decidido a no dejar pasar más tiempo para recuperar los intereses perdidos en Cuba.
Poco a poco la situación fue escalando, hasta que todas las señales indicaban lo inminente de una acción armada. El ataque a los aeropuertos de San Antonio de los Baños, Santiago de Cuba y de Ciudad Libertad el día 15 de abril fue la señal inequívoca de que una invasión estaba a horas de producirse.
El día 16 se realiza el entierro de las siete víctimas, y en La Habana, durante la despedida de duelo, Fidel declara el carácter socialista de la Revolución Cubana y pasa el país a estado de alerta máxima.
A partir de ese momento se combatiría bajo las banderas del socialismo.
La tristemente célebre Brigada 2506 invasora contaba con 16 aviones B-26, 1 500 hombres, divididos en seis batallones de infantería, un batallón de armas pesadas, una compañía de tanques y otras estructuras de combate necesarias para la guerra, tal como en ese momento lo tenía cualquier unidad del ejército estadounidense. Su plan era llegar y ser acogidos con flores en todo el camino hasta La Habana, pero la realidad fue que lo único que recibieron fue fuego por parte de los milicianos dispuestos a defender el país.
No se puede hablar tampoco de que los invasores hayan combatido con cobardía porque en menos de 72 horas fueron neutralizados, el tiempo transcurrido desde el 17 hasta el 19 de abril, que se tomó el último reducto enemigo en Playa Girón.
Pero también hay que resaltar los hechos heroicos desde las tropas cubanas. En primer lugar, Eduardo García Delgado, herido de muerte en el bombardeo del día 15 y que con su último aliento escribió el nombre de Fidel con su sangre.
También destaca Nelson Fernández Estévez, que sin cumplir 15 años fue el más joven de los caídos en Girón, como parte de los destacamentos antiaéreos que fueron conducidos por niños que se hicieron hombres en medio de la guerra. O las hazañas de nuestros pilotos, superados en seis a uno por los enemigos, pero que lograron imponer su ley en los cielos.
Girón representa la primera derrota del imperialismo en América Latina, pero también la primera victoria
del socialismo. Y estas banderas, las del antimperialismo y del socialismo, es preciso levantarlas más que nunca.
En medio de las difíciles condiciones de la actualidad, debemos retomar las ideas por las que se peleó y murió en Playa Girón.
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