El Cacahual, La Habana, 7 de diciembre de 1961. Foto: Liborio Noval

Existe una fotografía, entre las millares le fueron tomadas durante su vida a Fidel, una de las figuras públicas que quizás se encuentre entre las más fotografiadas del Siglo XX, la cual, con total frescura y fuerza expresiva, refleja el carisma, firmeza y estoicidad de un hombre que trasciende. Esta imagen, fruto de la causalidad, y el momento preciso, refleja la expresión que perdura, no del pasado, por el contrario, es el rostro permanente del presente y futuro que ha sido utilizada en disímiles ocasiones.

Pero, ¿quién estuvo en el lugar y momento oportuno haciendo la ejemplar captura?, alguien que tuve la oportunidad de conocer, que no fue profeta, pero vaticinó que esta fotografía perduraría y trascendería en el tiempo, un hombre sencillo, de incondicional y exhausta entrega cuyo vastísimo trabajo lega un infinito caudal de fotografías de sus más de 50 años dedicados al oficio. Hablo de Liborio Noval Barbera, el gallego, como se le conocía, que este venidero 29 de enero cumpliría 88 años, y de su icónica fotografía del Comandante, El Cacahual, La Habana, 7 de diciembre de 1961.

Liborio Noval Foto: Roberto Salas

En cuantas ocasiones nos encontramos con ella, víspera del natalicio del autor de esta fotografía, que coincide además ese mismo día con el del fotógrafo Raúl Corrales quien cumpliría 97 años, Premio Nacional de Artes Plásticas (1996), aprovechamos para rendirle homenaje, a él y a esos protagonistas anónimos, que detrás del lente hacen historia también, porque como expresara el propio Fidel…”Gracias a ustedes nosotros existimos. Sin la foto de ustedes no existiríamos siquiera”…, en memorable encuentro que tuviera con cuatro de estos fotógrafos el 12 de octubre de 2000, Korda, Corrales, Salas y Liborio.

Para bien, por su valía, desde el punto de vista estético y conceptual, se ha convertido en un símbolo, en cualquier rincón de la Patria, esa imagen de nuestro Líder histórico en el Cacahual, está presente en carteles, vallas, banderas, en todo acto pequeño o multitudinario. Gracias gallego por la oportunidad de recordarte siempre en la obra que nos dejaste y conocer a quién estuvo detrás de la imagen.

Como expresara en una oportunidad Miguel Barnet, Etnólogo y escritor, “Liborio fue, ante todo, un hombre de una gran modestia, estuvo muy cerca siempre del Comandante en Jefe y nunca hizo alarde de ello. Fue testigo de acontecimientos muy importantes de la Revolución y les dio a estos acontecimientos un sello estético de gran dimensión. Gracias a él, a Korda, a Corrales y a toda esa generación de fotógrafos, han sido registrados magistralmente los acontecimientos más importantes de este país en los últimos 53 años …fue un cronista excepcional de nuestro tiempo”.

Ver además:

Jesús Menéndez, ejemplo de modestia y patriotismo