Desde que se introdujo la caña de azúcar a Cuba, el sector azucarero fue de los más importantes de la producción agroindustrial cubana de todos los tiempos. Además de ser una de las principales fuentes de ingreso a la economía del país.
Los trabajadores azucareros han sentido siempre un gran amor por su sector, por sus ingenios y plantaciones cañeras. En épocas de crisis han puesto su empeño para tratar de mantenerlos. El azúcar siempre fue su medio de vida, el sostén de su familia. Había que cuidarla y quererla, aunque fuera poco el ingreso, y hubiera que enfrentar un interminable tiempo muerto, como sucedía en la República neocolonial.
Por ello, cada 4 de noviembre celebran el Día de la Caña de Azúcar, en homenaje al científico cubano Álvaro Reynoso Valdés, considerado el Padre de la Agricultura Científica Cubana.
Un poco de historia
La caña de azúcar llegó a Cuba procedente de Santo Domingo, traída por navegantes españoles, liderados por el conquistador Diego Velázquez, los cuales desembarcaron por punta de Güincho en la Bahía de Nuevitas, el 13 de mayo de 1516.
Desde esa época los colonos comienzan a extraer el guarapo para fabricar azúcar, en forma primitiva, por medio de prensar la caña. El sobrante de esta elaboración de azúcar casera se utilizaba principalmente para negociar con otros colonos, y unida a otros productos mercadear con los piratas para obtener esclavos.
En el siglo XVII, se siguen instalando diferentes tipos de trapiches en Cuba, y para finales de 1600 ya funcionaban unos 60. Cuba seguía a la saga de La Española y otras colonias en la producción de azúcar. En 1595, se construyó el primer ingenio en La Habana al que siguieron otros que producían miel y raspadura.
Casi tres siglos después es que comienza a crecer de manera significativa el área sembrada y la producción azucarera. Fue muy rudimentaria en sus inicios, con trapiches movidos por bueyes o corrientes de agua. Hace unos 200 años comenzó a utilizarse el vapor para mover los molinos y concentrar el guarapo; con ello se logra el acelerado crecimiento en la producción de caña y azúcar en la Isla.
Pasada varias décadas del siglo XVIII, Cuba continuó detrás de La Española en la elaboración de azúcar, específicamente de Haití, que era la primera en ese tiempo. Pero tras ocurrir la rebelión de los esclavos en ese país, la primera revolución americana arruina su producción azucarera. Entonces, pocos años después, Cuba se convierte en el primer productor de azúcar mundial.
En 1837, se introduce el ferrocarril y es el primer elemento de la Revolución Industrial que transforma completamente las condiciones cubanas de producción. Su instalación fue un fenómeno netamente azucarero, y por eso la primera línea se tiende directamente al corazón productor de La Habana: San Julián de los Güines.
El primer tramo se inauguró el día 19 de noviembre del propio año, en Bejucal. A partir de entonces, y en un rápido periodo de diez años, las líneas férreas comunican todas las áreas azucareras de Cuba.
A mitad de siglo, comienzan las mejoras en las técnicas de los ingenios para producir más azúcar. En 1850 es puesta en marcha la primera centrifuga instalada en Cuba en el Central “Amistad”. Esta había sido traída el año anterior por el Dr. Eduardo Finlay, padre del que después sería el eminente científico Carlos J. Finlay.

Pero ya en 1880 se instauran la máquina de vapor en los ingenios, con lo cual se amplian y se expanden, apareciendo así los primeros centrales.
A principios del siglo XIX, con la introducción de la máquina de vapor perfeccionada por Richard Trevithick, es cuando Cuba entra en la gran era del azúcar. Para 1830 ya habían más de mil ingenios que producían unas 94 000 toneladas, y cuando en 1837 llega la locomotora de vapor a Cuba, se incrementa aún más la elaboración de azúcar.
A finales de ese siglo, debido a la modernización de los ingenios azucareros, y el poder transportar la caña por medio del ferrocarril desde fincas lejanas, el número de estas instalaciones se reduce de unos 2 000, a alrededor de 500.
La etapa de la Neocolonia
Con la intervención de los Estados Unidos, se promulga la Orden no.62 sobre el deslinde de tierras que facilita a los inversionistas su adquisición. En el siglo XX, con la introducción de nuevos equipos, los centrales azucareros se modernizan, se construyeron algunos con nueva tecnología, y por ende su número disminuye.
Comienza la penetración del capital inversionista norteamericano en la industria azucarera. Durante esta época fueron construidos 75 centrales de gran capacidad.
Los obreros azucareros tuvieron un fuerte auge y participación sindicalista en este período, liderados por Jesús Menéndez, conocido como el General de las Cañas, quien dedicó su vida a luchar por los derechos de los trabajadores del sector.
En 1927 se efectuó, en París, la Primera Conferencia Internacional azucarera, a la cual asistieron representantes de Cuba. Comenzó la creación de instituciones como el Instituto Cubano de Estabilización del Azúcar, en 1931. Además, se celebra clandestinamente, el 27 de diciembre de 1932, en Santa Clara, la primera Conferencia Nacional Azucarera, donde se crea el Sindicato Nacional de Obreros de la Industria Azucarera (SNOIA).
La participación en la lucha revolucionaria destacó por un fuerte movimiento de los trabajadores azucareros. En 1933, en la huelga general revolucionaria que derroca al dictador Gerardo Machado, estuvieron 200 000 obreros de esta rama.
En 1939, se efectuó el Primer Congreso Nacional Azucarero y surge la Federación Nacional Obrera de la Industria Azucarera. En1941, se volvió a efectuar el II Congreso Nacional Azucarero. Jesús Menéndez es elegido Secretario General de la FNOIA.
Pasados cuatro años se funda, en París, la Federación Sindical Mundial, (FSM) y se estableció el diferencial azucarero, debido a la gestión de la delegación cubana, encabezada por Jesús Menéndez. Ante los magnates azucareros norteamericanos, se incluyó en el convenio azucarero cubano-norteamericano, la cláusula de garantía. En1952, se produce la mayor zafra de la industria capitalista con 7.2 millones de toneladas.

Después del triunfo de la Revolución
Desde el inicio de 1959 se trazó una estrategia de diversificación de la agricultura, teniendo como uno de los objetivos fundamentales reducir la dependencia monopodructiva del azúcar. No obstante, por más de treinta años, esta industria ocupó el liderazgo en la estrategia de desarrollo económico del país.
Al año siguiente se constituyó la Administración General de Cooperativas Cañeras del INRA, con sus seis delegaciones provinciales, 45 agrupaciones y 621 cooperativas cañeras en todo el país, vinculadas a los 161 centrales existentes entonces. En ese mismo año se realizó la Plenaria Nacional de Coordinadores de Cooperativas Cañeras, presidida por Fidel.
Comenzó la nacionalización de las empresas norteamericanas en Cuba, entre ellas 36 centrales azucareros, 6 de agosto mediante la firma de la Resolución # 1. El 13 de octubre de 1960, se nacionalizó por la ley 890, a todos los bancos nacionales y extranjeros, menos los canadienses y 382 grandes empresas existentes en el país, entre ellas, 105 centrales azucareros.
A partir de 1962 y hasta la década de 1990, la producción azucarera registró importantes crecimientos; los rendimientos agrícolas se duplicaron, desempeñando un papel significativo el aseguramiento de los insumos productivos agrícolas e industriales y toda una serie de medidas que estimularon a los productores de la agroindustria. En 1970 se logró el mayor nivel de producción de azúcar para un año, hasta el presente, de 8,6 millones de toneladas.
A partir del llamado Período Especial
Cuando acaecieron los cambios políticos y económicos en la Europa socialista, se afectó la estabilidad del país, al modificarse el carácter de las relaciones bilaterales. Se rompe la división internacional del trabajo concertada en el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), bajo la que se impulsaban los planes de desarrollo industrial en Cuba.
Este período transformó la sociedad cubana y su economía, y obligó a realizar reajustes. La escasez de combustibles afectó tanto a la agricultura -ya que era necesario para el funcionamiento de los tractores, las cosechadoras y las segadoras- como a la capacidad industrial.
El proceso de reestructuración industrial hasta entonces impulsado por la Revolución se vio frenado. La política de redimensionamiento debió concentrarse en el cierre de líneas de producción, la reorganización de flujos productivos, reconversión y racionalización de producciones.
En 1998, se proyectó el desarrollo de la industria azucarera hacia el año 2010 basándose en objetivos estratégicos. Se esperaba consolidar la producción de 5,5 millones de toneladas para el 2002.
Fue puesto en práctica el reordenamiento del sector azucarero cubano, bajo el nombre de Tarea Álvaro Reynoso. Esto significó realizar una selección de 70 centrales a nivel nacional, con áreas de caña en las mejores tierras, y que por sus condiciones técnicas y de eficiencia económica se mantuvieron produciendo.
Otros 14 ingenios quedaron dedicados a la producción de derivados en cumplimiento del objetivo de diversificar la industria azucarera; se le dio vital importancia a esta línea de trabajo. Entre estos productos se encontraban el alcohol y las mieles destinadas al alimento del ganado.
Mientras, a nivel nacional, un centenar dejaron de fabricar azúcar y otros productos industriales. Un número de ellos se destinó para utilizar sus partes y piezas en la reparación de los centrales que continuaron produciendo azúcar y derivados; otros para el desarrollo de las empresas del sector en los próximos años, y el resto se convirtieron en museos.

Origen de la conmemoración
Entre el 2 y 5 de noviembre de 1955 se efectúa en La Habana la XXIX Conferencia de la Asociación de Técnicos Azucareros de Cuba (ATAC), con su apertura en el edificio de la Asociación de Hacendados de Cuba. En una de las sesiones de la Conferencia se propone acordar la celebración anual del natalicio de Álvaro Reynoso y se asocia con el reconocimiento a la caña de azúcar. Con esta proposición y aprobación saldaban una deuda histórica de gratitud con el sabio cubano y con la apreciable gramínea.
Y para que así conste, en la biblioteca del Ministerio de Justicia de Cuba se encontró el Decreto-Ley número 3987 que establece el 4 de Noviembre como Día de la Caña de Azúcar en Cuba, publicado en la Gaceta Oficial de la República el 5 de enero de 1956. En el decreto se estipula el 25 de noviembre de 1955 como la fecha en que se aprueba esta conmemoración nacional.
Referencias
Con información del sitio AZCUBA, grupo azucarero
Enciclopedia cubana EcuRed
A 60 años del triunfo: La industria cubana en constante revolución

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FELICITACIONES A LOS TRABAJADORES DEL AZUCAR, ES UNA LASTIMA QUE SE HAYAN TENIDO QUE CERRAR TANTOS CENTRALES AZUCAREROS, LA MAYOR Y MEJOR ECONOMIA DE NUESTRA ISLA.