Foto: Tomada de Radio Rebelde


La llamada Guerra de los Diez Años, que comenzó el 10 de octubre de 1868, fue uno de los hechos más notables en la historia de Cuba, con el objetivo de lograr la independencia de la colonia sobre la metrópoli española.

Diversas causas económicas, políticas y sociales conllevaron a esta guerra. Había apreciables contradicciones que llevaron a los terratenientes cubanos a buscar soluciones mediante la lucha independentista.

Uno de los factores que influyó fue la considerable crisis económica, consecuencia de anteriores crisis mundiales. Por otra parte, la existencia de la esclavitud en la industria azucarera constituía un freno para la economía, pues el desarrollo tecnológico requería de la acción de obreros calificados. También el desigual desarrollo entre las diferentes regiones, así como el uso del presupuesto cubano en intereses de la corona española.

Imagen del ingenio de La Demajagua captada por Ernestro Bavastro en enero de 1863. Foto: Tomada de historia.cubaeduca.cu Foto: Tomada de Cubadebate

Todo esto propició que el 10 de octubre de 1868, Carlos Manuel de Céspedes, se levantara en armas y en su ingenio La Demajagua proclamara la independencia de Cuba y la libertad de sus esclavos. Promulgó un Manifiesto que evidenciaba el porqué de la inevitable lucha, como única vía para lograr la soberanía de la nación. Se pronunció el grito de ¡Viva Cuba Libre! Y se enarboló y se le juró fidelidad a la bandera cubana.

Esta insurrección posibilitó que por primera vez no se tuvieran en cuenta prejuicios raciales ni de clases. Blancos y negros, ricos y pobres, estudiantes, trabajadores o esclavos se juntaron en la lucha por la libertad.

Foto: Juventud Rebelde

Ante la situación, los españoles crearon el terror en las familias y avanzaron hacia la ciudad insurrecta, Bayamo. Esta fue quemada por sus propios pobladores antes de ser abandonada, como expresión de total irreverencia ante el gobierno español. Luego se aprobó la constitución de Guáimaro, que dio lugar a la República de Cuba en Armas y Céspedes fue elegido su Presidente, en abril de 1869.

A pesar de lo significativo de esta insurrección y de las importantes acciones libradas por Máximo Gómez e Ignacio Agramante, esta guerra no tuvo el final esperado debido a los desacuerdos políticos, la falta de unión entre los revolucionarios y la influencia negativa del gobierno de los Estados Unidos en su empeño por dominar la isla.

Como resultado, el 8 de febrero de 1878 los organismos constitucionales del Gobierno de Cuba fueron disueltos y las negociaciones para la paz fueron comenzadas en Zanjón, Puerto Príncipe. El 10 de febrero de 1878, los términos de paz fueron aceptados por los gobiernos de Cuba y España, y la guerra llegó a su fin, aunque un grupo de patriotas, encabezados por Antonio Maceo, no aceptaron el pacto, por lo que entonces este protagonizó la conocida Protesta de Baraguá.

No obstante, constituyó uno de los acontecimientos más relevantes, pues sirvió de motor impulsor a posteriores levantamientos, y aunque en circunstancias históricas diferentes, suscitó la decisión de los cubanos a continuar la lucha por su independencia, la cual costó la vida a incontables seguidores, que no cejaron hasta alcanzar el añorado triunfo.

Foto: La Demajagua
Foto: Tomada de Telesur

Referencias

Guerra de los Diez años

Enciclopedia cubana Ecured