La Habana atesora entre sus heroínas a Lourdes y Cristina Giral Andreu, conocidas como las hermanas Giral, jóvenes que dieron sus vidas por ideales revolucionarios de justicia social.
Lourdes Giral Andreu nació el 1ro de julio de 1935 en Cienfuegos. Sus amistades la nombraban Maruca. Era alegre, amante del baile y los paseos. Cursó estudios en la ciudad sureña, graduándose en Comercio y Secretariado. Terminados los estudios se traslada a la ciudad de La Habana para trabajar en las oficinas de la Concretera Nacional.
Cristina Giral Andreu había venido al mundo cinco años antes, el 30 de abril de 1930, también en Cienfuegos. Era una muchacha reservada y hogareña. Estudió en la misma ciudad y se graduó en la Escuela del Hogar. Terminados los estudios se traslada a La Habana para trabajar en el mismo centro que su hermana menor.
Ambas escogieron como domicilio el apartamento 42 del edificio ubicado en la calle 19 esquina a 24, en El Vedado, pero coincidentemente era el mismo donde se habían ocultado un grupo de jóvenes de la Dirección Nacional del Directorio Revolucionario relacionados con el atentado al Ministro de Gobernación, Santiago Rey Perna. Ellas lo desconocían.
El 15 de junio de 1958, al regreso de su hogar paterno en Cienfuegos, las hermanas encontraron ocupado su apartamento por soldados batistianos, quienes las acribillaron a balazos. Nunca tuvieron tiempo de identificarse, porque nadie les preguntó quiénes eran, de dónde venían ni hacia dónde se dirigían. Las bestias no hicieron ruido. Simplemente apretaron los gatillos de las ametralladoras que portaban, sádicamente.
Según la revista Bohemia de acuerdo con el dictamen forense, Lourdes presentaba 13 perforaciones de bala; Cristina, nueve. Esta había cumplido 28 años el 30 de abril de ese año; mientras su hermana había festejado los 22 el primero de mayo.
Las dos jóvenes se afanaban en tareas de apoyo a la lucha clandestina contra la tiranía por intermedio de la Resistencia Cívica del M-26-7. Vendían bonos para recaudar dinero con el cual adquirir armas y medicinas para los combatientes revolucionarios, además de participar en acciones de propaganda y el trasiego de artefactos.
A 62 años de la desaparición física de las hermanas Giral, los habaneros no olvidamos el horrendo crímen. No dejaremos de condenar las pérdidas de vidas que provocó la dictadura batistiana al pueblo cubano.
Rememorar hechos como éste, nos llena de fuerza para seguir defendiendo el modelo social y político que tenemos en Cuba, ese por el cual, perdieron la vida tantos hombres y mujeres en la mayor de las Antillas.
Fuente: Alfredo García/Fondo Documental ACRC Provincia La Habana
(Tomado de Radio COCO)

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