
Uno de los patriotas más comprometido con los principios independentistas de Cuba fue Juan Gualberto Gómez. Al morir en La Habana el cinco de marzo de 1933, se había forjado como combatiente por la libertad de la Patria, defensor de los derechos de negros y mestizos, y luchador anti imperialista.
Fue elegido por José Martí para organizar los preparativos dentro de la Isla para la Guerra Necesaria, iniciada el 24 de febrero de 1895. Su grandeza radica en la capacidad que tuvo para desempeñarse de manera destacada en distintos ámbitos de la vida pública y política, dentro y fuera del país.
La biblioteca interior sirvió de cámara mortuoria. El féretro, entre cuatro velas, estaba cubierto por la bandera cubana, al frente un crucifijo de pie y el conjunto reposando sobre una alfombra persa. La primera guardia de honor la asumieron su hijo Vicente y sus yernos Leonardo, Plácido y Rafael.
El patriota había nacido libre gracias al esfuerzo de sus padres, esclavos domésticos, que ahorraron para comprarlo. Más tarde, cuando estos lograron la libertad y reunieron más dinero, y con la ayuda de la dueña del ingenio, quien sentía un especial cariño por ellos, decidieron trasladarse a La Habana para proporcionarle una mejor educación.
Estudió en los mejores colegios que tenían la posibilidad de acceder los niños negros en aquel entonces y llega al límite de conocimientos que podía adquirir, cuando comienza la Guerra de los Diez Años, por lo que sus padres deciden mandarlo a Francia a estudiar Carruajería, uno de los pocos oficios más prestigiosos a los que podían aspirar los negros y mestizos en la época de la colonia.
Allí también inició en el periodismo haciendo colaboraciones en diarios de ese país. A finales de 1878 retorna a La Habana, donde conoce a José Martí, con quien entabla una gran amistad unida por los mismos ideales independentistas.
Por esa época comienza a dedicarse a los problemas de la población negra y mulata. Había percibido que una de las cuestiones más importantes que debían resolverse para lograr la unidad, era el tema de la integración racial. No bastaba con haber abolido la esclavitud, se debían extinguir determinados prejuicios y formas de discriminación racial, si se quería lograr atraer a este importante grupo poblacional a la causa de la independencia.
En 1879 funda el periódico La Fraternidad, en defensa de los negros y mestizos, y crea Sociedades de Instrucción y Recreo para pardos y morenos. A través de este hizo denuncias en contra de los atropellos y discriminaciones que sufrían, principalmente los africanos, y se informaban las condiciones de vida, las principales inquietudes y preocupaciones que tenía este sector de la población a lo largo de toda la Isla, por lo que ganó más seguidores. Esta publicación se interrumpe al ser deportado, debido a su vinculación con clubes revolucionarios y movimientos conspirativos.
Conspiró durante la preparación de la Guerra Chiquita, por lo que fue detenido el 25 de septiembre de 1879 y confinado a la prisión de Ceuta hasta 1882. Después de fundado el Partido Revolucionario Cubano, Martí delega en él para la preparación de la guerra en toda la Isla.
También escribió para los periódicos madrileños El Abolicionista, donde fue jefe de redacción; La Tribuna, donde llegó a ser director; y El Pueblo y El Progreso. A su vez, fue corresponsal en España del habanero La Lucha. Regresó a Cuba en 1890 y reanuda la publicación de La Fraternidad, pero sus ideas separatistas provocan la clausura del periódico y su encarcelamiento durante ocho meses.
En 1895 es desterrado nuevamente al fracasar el alzamiento independentista del 24 de febrero. Antes de concluir la dominación española viaja a Francia y luego a Estados Unidos, donde coopera con el Partido Revolucionario Cubano. En 1898 regresa a Cuba definitivamente, y a partir de entonces tiene una activa participación en contra de la Enmienda Platt y los gobiernos de turno.
Sin embargo, manifestó una actitud contraria en cuanto a la formación de un partido negro, posición que mantuvo a lo largo de su vida política. Esto se convirtió en una postura polémica, duramente criticada, que le restó popularidad entre los miembros de su propia raza, sobre todo después de 1898, en que luego de la Independencia y el transcurro de los primeros años de instaurada la República, los negros y mulatos vieron defraudadas sus esperanzas de construir un futuro con todos y para el bien de todos y decidieron fundar el Partido Independiente de Color.
Por los deberes urgentes que tuvo que afrontar en ese período no pudo encabezar la lucha de los negros y mulatos por sus derechos; priorizó los asuntos relacionados con la independencia nacional pues creía que si estos quedaban resueltos, el camino de la población negra sería más fácil, no obstante, se dice que de manera discreta ayudaba a muchas personas de su raza, que se encontraban en grandes dificultades o eran injustamente discriminadas.
En septiembre de 1900 resulta electo delegado, por Oriente, a la Asamblea Constituyente. Al año siguiente crea La República Cubana, luego de renunciar como jefe de redacción de La Discusión, en protesta porque este periódico dejó de combatir la Enmienda Platt. Para 1902, retoma y encabeza el movimiento de los negros y mulatos.
Fue un ferviente martiano, y luchaba por el ideal de una república “con todos y para el bien de todos”, dicen que por eso se pronunció contrario a la formación sectaria de partidos de negros, pues entendía el valor de la unidad de todos los cubanos. Entre 1925 y 1927 reeditó el periódico Patria, en homenaje a Martí.
Diez años después de su muerte, la Asociación de Reporteros de La Habana instituyó el Premio Nacional Periodístico “Juan Gualberto Gómez”, que en tiempos de la seudorrepública fue uno de los más importantes en el mundo periodístico nacional. El Premio Anual de Periodismo de la Unión de Periodistas de Cuba también lleva su nombre.
Referencia
Enciclopedia cubana Ecured

![[impreso]](/file/ultimo/ultimaedicion.jpg?1761392302)
viva juan