Fue decisivo el año 1894, en los preparativos de la guerra necesaria, como la calificó nuestro José Martí en medio de los avatares de las acciones para burlar la vigilancia de los agentes de la inteligencia militar española y el imprescindible intercambio epistolar con Maceo y Gómez para tenerles al tanto de cada movimiento y estableciendo puentes de comunicación transparentes entre los principales jefes de la Revolución.

A través del periódico Patria, el delegado del Partido Revolucionario Cubano, ejercía la importante tarea ideológica y política que se requería, junto a las innumerables gestiones para la contribución de armas y dinero en Estados Unidos, México, Costa Rica y Jamaica.
En carta de 8 de enero de ese año, Martí le escribe a Maceo: “…Sin compararme con Vd. en el valor, me siento uno con Vd. en la capacidad de morir con el país, y de servirle con sinceridad, y mejorarlo desde las raíces y de suprimirme y de sufrirlo todo por su servicio, -siento en Vd. un alma hermana”.

La fallida operación para el traslado a Cuba de hombres y armas desde el puerto de Fernandina, en la Florida, en tres vapores pequeños, impidió llevar a Gómez desde Santo Domingo hasta Camagüey; mientras Antonio Maceo y Flor Crombet no pudieron salir de Costa Rica hasta la antigua provincia de Oriente y a los generales Serafín Sánchez y Carlos Roloff, su llegada a Las Villas.

Las autoridades estadounidenses abortaron aquel plan. Martí, envía una carta a Maceo, el 19 de enero de 1895, para explicar lo ocurrido y señala la responsabilidad del fracaso al Coronel Fernando López de Queralta, quien había sido designado, por el General Serafín Sánchez, como guía de su grupo. En la misiva advierte que López de Queralta entregó directa o indirectamente la expedición.

Los esfuerzos de Martí señalaban continuar los preparativos para el alzamiento el 24 de febrero. Viaja a Santo Domingo para embarcar con Máximo Gómez y Maceo lo haría desde Costa Rica. Maceo le solicitó a Martí una suma de dinero superior a la que se disponía en ese momento y Martí le responde que Flor Crombet podía, con menos de la mitad de esa suma, organizar la travesía. La suma de Flor era igual a la que se usaría para el traslado de Gómez y Martí. Desde Montecristi, Martí le escribe a Maceo para pedirle que se siga el plan de Crombet para el traslado a Cuba. Difícil decisión. “(…) Ya sólo se necesita encabezar. No vamos a preguntar, sino a responder. El ejército está allá. La dirección puede ir en una uña. Esta es la ocasión de la verdadera grandeza”.

El 5 de mayo, después de azarosos traslados a Cuba, en el ingenio La Mejorana, se pone en marcha la penúltima etapa de nuestra guerra por la independencia.