La Campaña de Alfabetización constituyó una de las tareas más bellas y nobles llevadas a cabo después del triunfo de la Revolución. Culminó con la erradicación del analfabetismo en Cuba, una labor en la que adolescentes y jóvenes enseñaron a leer y a escribir a personas de cualquier edad, en los lugares más recónditos del país. 

La idea se anuncia durante la graduación del primer contingente de Maestros Voluntarios, el 29 de agosto de 1960.  Poco tiempo después, el 31 de diciembre, Fidel reitera la necesidad de erradicar el analfabetismo en un año por lo que al día siguiente se inicia de manera oficial la Campaña de Alfabetización. 

Todo se desarrolla en una época muy convulsa en la que el gobierno de Estados Unidos rompe relaciones diplomáticas con la Isla, y surgen grupos que en su afán de derrocar la Revolución realizan varias acciones contrarrevolucionarias, como el asesinato del joven maestro voluntario Conrado Benítez, el 5 de enero de 1961. 

A pesar de los hechos, se crean las Brigadas Pilotos Conrado Benítez, integradas por otros jóvenes, quienes contribuyeron a que el 18 de junio se efectuara la primera graduación masiva de 3 500 alfabetizados en La Habana. 

El 26 de noviembre, casi al finalizar la campaña, ocurre otro hecho atroz; bandas contrarrevolucionarias asesinan al joven de 16 años Manuel Ascunce Domenech junto a su alumno Pedro Lantigua Ortega, en la Finca Palmarito. 

Pero nada pudo detener la obra, finalizada el 22 de diciembre de 1961, suceso histórico en el que Fidel expresara: “Ningún momento más solemne y emocionante, ningún instante de legítimo orgullo y de gloria, como este en que cuatro siglos y medio de ignorancia han sido derrumbados. Hemos ganado una gran batalla…”. Y los brigadistas respondieron: ¡Fidel, dinos que otra cosa tenemos que hacer!