Una conmemoración poco conocida es el Día de la Caña de Azúcar, la cual se celebra el 4 de noviembre, en homenaje al científico cubano Álvaro Reynoso Valdés, considerado el Padre de la Agricultura Científica Cubana, pero este año adquiere mayor relevancia al cumplirse el 190 aniversario de su natalicio.

Entre el 2 y 5 de Noviembre de 1955 se efectúa en La Habana la XXIX Conferencia de la Asociación de Técnicos Azucareros de Cuba (ATAC), con su apertura en el edificio de la Asociación de Hacendados de Cuba. En una de las sesiones de la Conferencia se propone acordar la celebración anual del natalicio de Álvaro Reynoso y se asocia con el reconocimiento a la caña de azúcar.

Con esta proposición y aprobación saldaban una deuda histórica de gratitud con el sabio cubano y con la apreciable gramínea. No obstante, no hay evidencia de que aparte del marco de la ATAC, en lo sucesivo, se efectuara anualmente actos de conmemoración nacional por el Día de la caña de Azúcar.

Al crearse el Ministerio del Azúcar (MINAZ) en 1964 (disuelto en 2011), separarse la producción cañera de la fase industrial del proceso e instituirse el día del trabajador cañero, el 13 de octubre, el protagonismo de la caña dentro de la cultura del azúcar perdió fuerza y muy poca gente en la isla, incluso dentro de la comunidad azucarera, mantuvo la tradición en la celebración de la fecha del natalicio de Reynoso, y mucho menos asociarlo con un día nacional para la caña.

En 1995, en el Encuentro Nacional de Maestros de Azúcar celebrado en la actual Universidad de Ciego de Ávila, se habló de dignificar los símbolos de la cultura azucarera, y en especial "la caña de azúcar". En 1997 se desarrolló la tesis del subconsciente rechazo hacia la producción y cultura cañera-azucarera denominada "La cultura azucarera: verdadera ideología del azúcar en Cuba" y se debatió sobre la imperiosa necesidad de pagar la gran deuda de gratitud hacia la caña y su cultura, y se proclamó oficialmente dedicar un día a homenajear la caña, sin embargo, aún no fueron públicas las evidencias sobre dicha celebración.

El 29 de noviembre de 2006, en busca de promover la dignificación de la caña de azúcar dentro y fuera del sector, y como parte del VII Evento Nacional de Patrimonio Histórico Azucarero, se celebró en el cine-teatro San Carlos, de la azucarera ciudad de Morón, un homenaje a la caña de azúcar, con la participación de afamados grupos folclóricos del territorio, solistas, cuartetos y la interpretación a tres voces del "Contrapunteo de la caña, el tabaco y el café", con un auditorio en el que destacaba la presencia de Héroes y Vanguardias Nacionales del Trabajo, profesionales de la caña, la cultura y pueblo en general.

Cuando se cumplió el 180 aniversario del natalicio de Reynoso, en 2009, trabajadores y estudiantes de escuelas aledañas a unidades y centrales azucareros del país, junto a profesionales, técnicos y jubilados del sector, celebraron el Día de la Caña de Azúcar, cuyo acto central se efectuó en el parque que lleva el nombre del eminente científico, en Alquízar, su ciudad natal.

En aquella ocasión, la ATAC desarrolló un amplio programa de actividades con charlas sobre la vida y obra de Reynoso y jornadas de trabajo voluntario en labores de siembra, atención cultural y atención a las plantaciones de la dulce gramínea, convocadas por el Sindicato Nacional de Azucarero y el Ministerio del sector.

Y para que así conste, en la biblioteca del Ministerio de Justicia de Cuba se encontró el Decreto-Ley número 3987 que establece el 4 de Noviembre como Día de la Caña de Azúcar en Cuba, publicado en la Gaceta Oficial de la República el 5 de Enero de 1956. En el decreto se estipula el 25 de noviembre de 1955 como la fecha en que se aprueba esta conmemoración nacional.

Acerca de la obra de Álvaro Reynoso Valdés

Concibió un sistema integral de medidas agrotécnicas para garantizar el cultivo intensivo de la caña de azúcar, basado en el estudio de las condiciones físicas y químicas de los suelos y sobre la propia planta, en la selección de nuevas variedades, en el empleo de fertilizantes y en la irrigación. 

Foto: Internet

Rechazó el nombramiento de catedrático de Química Orgánica de la Facultad de Ciencias, de la Universidad Central de Madrid y asumió la Cátedra Especial de Química Aplicada a la Agricultura y Botánica de la Escuela General Preparatoria de La Habana. Debido a su meritoria labor logró convertir al Instituto de Investigaciones Químicas en una de las primeras estaciones agronómicas del mundo, a partir del modelo de institución existente en Alemania.

Efectuó diversas excursiones científicas por algunas regiones agrícolas y azucareras del país. Su trabajo como divulgador de la ciencia se aprecia en la redacción científica del Diario de la Marina, así como en los Anales y Memorias de la Junta de Fomento y de la Sociedad Económica de Amigos del País.

En 1861 publicó: “Estudios progresivos sobre varias materias científicas, agrícolas e industriales” con temas acerca del cultivo de la caña de azúcar, el arroz, el maíz, entre otros. Al año siguiente publica su obra cumbre “Ensayo sobre el cultivo de la caña de azúcar”, considerada la más trascendental para la agricultura cañera en Cuba y otros países, con prólogo escrito por el Conde de Pozos Dulces.

Este reconoció en Reynoso al verdadero iniciador de la era científica con sus aplicaciones a la agricultura local, y en su ensayo, la demostración práctica, en la agricultura cañera, de la validez de una concepción general de la ciencia compartida con José Antonio Saco y José de la Luz y Caballero, que superaba, de manera creadora, la fase de estudio y aprendizaje preliminar, y todo lo escrito hasta el momento por la literatura científica extranjera sobre el cultivo de la caña.

Sobre el ensayo, el reconocido médico Ramón Zambrana destacó que era la primera vez que se escribía en Cuba, una obra de ciencia agrícola con un carácter metódico y con una definida función social de mejoramiento de la clase agricultora, puesto que ponía la elevación del rendimiento cañero a disposición de la laboriosidad del hombre, como firme sostén de la felicidad de la familia.

Según Zambrana, la propuesta era contundente para lograr la eliminación de la esclavitud en la plantación cañera y el fomento del campesinado de procedencia europea, de ahí que comprendiera la intención de Reynoso de corresponder con su trabajo de experimentación, a los deseos de Saco, Luz y Pozos Dulces, de fundar una agricultura diferente en Cuba que estuviese en manos de hombres libres y creativos.

Reynoso también defendió el derecho de las mujeres a instruirse y a participar en las decisiones de los ingenios. Entre sus amigos estaban independentistas, abolicionistas y reformistas, como Carlos Manuel de Céspedes, propietario del ingenio La Demajagua, donde comenzó la lucha independentista.

Falleció en La Habana el 11 de agosto de 1888. Los últimos años de su vida los dedicó a investigar los cultivos de caña de azúcar, café, cacao, algodón, tabaco, entre otros. Dicen que murió enfermo de tuberculosis, sin familia y en extrema pobreza. Su obra fue muy poco difundida en esa época.

Pasaron 25 años hasta que en 1913, se creó en Colón, Matanzas, la escuela experimental de Agricultura con su nombre. En 1925, el hacendado cubano José Miguel Tarafa costeó la publicación de su libro. Años más tarde, su hija lo reimprimió para repartirlo gratis a los productores de azúcar. En 1973 se instituyó el Premio Nacional a la Excelencia Técnica Álvaro Reynoso para estimular a entidades productoras e investigadoras con relevante logros en la agroindustria azucarera, conferido por la ATAC.

Referencias: Revista del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello: Perfiles de la cultura cubana, Resultados de la ciencia en Cuba, Enciclopedia cubana EcuRed

Ver: Sitio AZCUBA, grupo azucarero