El 26 de julio de 1953 resulta una fecha de trascendencia política e histórica para el pueblo cubano. Ese día un grupo de revolucionarios liderados por Fidel Castro Ruz mostró su decisión de luchar hasta vencer o morir, contra la ignominiosa dictadura de Fulgencio Batista.

Esa mañana de la Santa Ana fueron asaltados los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes en Santiago de Cuba y Bayamo, respectivamente. La epopeya constituyó el preámbulo de la gesta heroica del Granma y la Sierra, contribuyendo ambos hechos a delinear el camino hacia la plena independencia de Cuba.

Desde finales del año 1955 y primeros meses del 56 venían gestándose los preparativos de la futura contienda en el oriente del país. La Habana, Artemisa, y otros poblados fueron también protagonistas de los preparativos del importante acontecimiento, y desde diversos puntos de estas provincias y localidades del Occidente se atesoraron y trasladaron armas, pertrechos militares y uniformes.

La preparación de los combatientes estuvo entre las prioridades del grupo de aguerridos jóvenes que asistirían a la gloriosa hazaña. Zonas de Arroyo Naranjo, Boyeros, Vedado, y otros puntos capitalinos y de la periferia (entre los que se ubican áreas del actual Parque Lenin), fueron escenario propicio de contactos y entrenamientos con armas.

Ellos, leales a las enseñanzas del Maestro, rindieron, con el asalto a esos bastiones de la tiranía, merecido tributo al Apóstol en el año del centenario de su natalicio. De ahí que el Comandante en Jefe Fidel Castro en su posterior alegato “La Historia Me Absolverá”, declarase ante el tribunal que lo juzgaba; que José Martí era el autor intelectual de esa obra.

El Moncada pasó a la historia como uno de los acontecimientos más significativos de la Revolución encabezada por Fidel y la juventud cubana.

Y aunque entonces no fue posible lograr el objetivo militar previsto, la repercusión del suceso fue decisiva para que el pueblo conociese la existencia del movimiento insurgente y el liderazgo de Fidel, quien además organizaría en 1956 la travesía de los 82 expedicionarios en el yate Granma desde el Puerto de Tuxpan, en México, hasta Las Coloradas, en el extremo oriental de la Mayor de las Antillas.

Estos eventos profundamente patrióticos contribuyeron luego al desarrollo y consolidación de la gesta en la Sierra Maestra la cual permitió conquistar la definitiva e imperecedera soberanía de la Isla, en enero de 1959.