
El poeta nacional de Cuba, Nicolás Guillén, nació el 10 de julio de 1902 en la oriental provincia de Camagüey. Reconocido por su valiosa obra y porque célebres músicos cubanos y extranjeros, musicalizaron muchos de sus poemas.
Después de culminar el bachillerato en 1920, viaja a la capital para cursar la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana, pero al poco tiempo se ve obligado a abandonar sus estudios por carecer de suficientes medios económicos.
Resulta difícil resumir tantos acontecimientos en la vida de Guillén. Alrededor de los 20 años comenzó a publicar sus versos y colaboró en las revistas Camagüey Gráfico; Orto, de la ciudad de Manzanillo; y en Castalia, de La Habana, donde se promovían a los jóvenes poetas.
Cuando vuelve a su provincia trabaja en diferentes oficios. Por esa época reúne un volumen de poesía bajo el nombre “Cerebro y corazón”, pero no lo publicó hasta 50 años más tarde, en su antología Obras completas.
Retorna a la capital en 1926, donde consigue trabajo de mecanógrafo en la Secretaría de Gobernación. En esa época conoció a Federico García Lorca y más tarde al poeta norteamericano Langston Hughes, cuya amistad e influencia serían sumamente importantes en su vida.
Al año siguiente da a conocer sus nuevas creaciones en la revista Orto, donde aparecen sus nuevos poemas de corte vanguardista. Luego publica en un semanario local sus Versos de ayer y de hoy, antología de su obra anterior y de su transitoria fase vanguardista, con la que logra entrar en los círculos literarios habaneros, con una buena acogida de la crítica.
El hecho de publicar los ocho poemas que conforman su primer libro “Motivos de son”, en el suplemento Ideales de una raza del Diario de la Marina, se convierte en un acontecimiento cultural en la Isla en 1930, por lo que su obra gana enorme popularidad, además, diversos compositores célebres, como Alejandro García Caturla, y Eliseo y Emilio Grenet, musicalizaron muchos de sus poemas.
Continuó su obra poética, cada vez con posiciones más críticas acerca de la desigualdad económica y social existente en el país, así como lo referente a los problemas raciales. Colaboró con la revista Mediodía, órgano de expresión de los escritores de izquierda, en la que ejerció una marcada influencia. Luego viajó a Veracruz, México, para participar en el congreso organizado por la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios de México.
Se traslada a España para participar en el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura en Barcelona, Valencia y Madrid. El país estaba en plena guerra civil antifascista, pero eso no impidió su vinculación con personalidades destacadas de la intelectualidad, entre ellas, Antonio Machado, Miguel Hernández, Pablo Neruda, Rafael Alberti y César Vallejo, y reanudó trato con Ernest Hemingway, a quien conociera en Cuba. Allí se hace miembro del Partido Comunista Español.
Regresa a Cuba, donde es designado miembro del Comité Nacional de Unión Revolucionaria Comunista y se presenta como candidato a las elecciones para alcalde de la ciudad de Camagüey, por este partido, pero no resultó electo.
Los años siguientes fueron de intensa labor política y cultural. Trabajó como redactor del periódico Hoy, y como dirigente del Frente Nacional Antifascista. En 1942 viajó a Haití como enviado cultural del gobierno cubano, invitado por el poeta Jacques Roumain, Director del Instituto de Etnología de Haití.
En noviembre de 1945, inició una gira por América del Sur donde visitó Venezuela, Colombia, Perú, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil. Esto le posibilitó intercambiar con importantes intelectuales y ampliar su visión sobre América.
Publica “Elegía a Jesús Menéndez” en 1951, un homenaje al líder obrero cubano con quien mantuvo amistad. Participó en el Consejo Mundial por la Paz en Praga y Viena. Al año siguiente viajó a la Unión Soviética, China y Mongolia. En 1954 recibió el Premio Lenin de la Paz, entregado por la Unión Soviética, equivalente al Premio Nobel de la Paz.
La situación política del país lo llevó a exiliarse, por lo que en 1956 recorrió varios países europeos, entre ellos París. Al triunfo de la Revolución cubana se encontraba en Buenos Aires, Argentina, y regresó de inmediato a Cuba.
En 1961 se funda la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), y fue electo Presidente, cargo que ocupó hasta su fallecimiento. A partir de este momento conjugó la realización de su obra, con la destacada participación en la cultura y la política del país.
A lo largo de su vida le confirieron diversos títulos y distinciones, tanto nacionales como extranjeras, como el de Doctor Honoris Causa en Lengua y Literatura Hispánicas de la Universidad de La Habana. Recibió además, el premio Viareggio en Roma.
El Consejo de Estado de la República de Cuba le otorgó la orden "José Martí", la más alta condecoración del Estado cubano, y el Ministerio de Cultura el Premio Nacional de Literatura 1983.
Falleció en La Habana, hace 30 años, el 17 de julio de 1989, no sin antes dejar una conmovedora y apasionante obra. Fiel representante de la poesía negra (o mulata, como él le llamara), que recordaremos además, por sus poemas de amor (quizás menos conocidos) o por aquel en que afirmaba que no era un hombre puro. Por ello y por mucho más, perdurará por siempre el Poeta Nacional de Cuba.
Les muestro uno de mis preferidos poemas de amor de Guillén, popularizado en la voz de la cantante española Ana Belén:
Soneto
Cerca de ti, ¿por qué tan lejos verte?
¿Por qué noche decir, si es mediodía?
Si arde mi piel, ¿por qué la tuya es fría?
si digo vida yo, ¿por qué tú muerte?
Ay, ¿por qué este tenerte sin tenerte?
Este llanto ¿por qué, no la alegría?
¿Por qué de mi camino te desvía
quién me vence tal vez sin ser más fuerte?
Silencio. Nadie a mi dolor responde.
Tus labios callan y tu voz se esconde.
¿A quién decir lo que mi pecho siente?
A ti, François Villón, poeta triste,
lejana sombra que también supiste
lo que es morir de sed junto a la fuente.

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