Carlos Manuel de Céspedes. Foto: Ismael Francisco

El patriota cubano Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo, reconocido como el Padre de la Patria, es uno de los luchadores de mayor relevancia en la historia de nuestro país. Lamentablemente, debido a una delación fue sorprendido por soldados españoles el 27 de Febrero de 1874. Triste final para el precursor de las luchas por la independencia de Cuba.

Nació en la ciudad de Bayamo, Oriente, el 18 de abril de 1819, por lo que pronto se cumplirán 200 años de su natalicio. Proviene de una familia que poseía bienes y fortuna, quienes vivían en una amplia y cómoda casa. Esto le propició una esmerada educación y entre otras cosas aprendió latín.

Se graduó de bachiller en Derecho Civil en la Real y Pontificia Universidad de La Habana en 1838. Luego retorna a su ciudad natal y el 18 de abril de 1839 contrae matrimonio con su prima hermana María del Carmen de Céspedes del Castillo. En enero de 1840 nace su primer hijo y poco tiempo después viaja a España para cursar estudios en la Real y Literaria Universidad de Cervera, donde se gradúa de abogado.

Al concluir los estudios viajó a Francia, Italia, Alemania, Inglaterra entre otros países del viejo mundo. Se dice que tenía una vasta cultura y que conocía el francés, inglés y el italiano. Durante estos viajes estudió las constituciones española y francesa. Esto le sirvió para analizar las formas de gobierno de las naciones visitadas y así depurar sus convicciones políticas.

A su regreso a la isla, en 1844, abre una oficina de abogado en Bayamo. Luego se traslada a Manzanillo donde tiene una participación muy activa en la vida cultural de esa ciudad.

En 1867 adquiere el ingenio azucarero La Demajagua, y al año siguiente muere su esposa. De su relación extramatrimonial con Candelaria Acosta, hija del mayoral del ingenio, aquella que bordara la enseña ideada por él con los colores azul, rojo y blanco: la primera bandera de la República en Armas, tuvo dos hijos, Carmita y Carlos Manuel.

Durante esa etapa participa en varias reuniones en las que se reúnen varios patriotas con ideales independentistas, con deseos de llevar a cabo un levantamiento armado, el cual se planifica para el 24 de diciembre.

Se dice que los españoles tenían conocimiento de estos planes por lo que Céspedes decide adelantarse y el 10 de octubre de 1868 ocurre el levantamiento en el Ingenio La Demajagua, en el que le da la libertad a los esclavos.

Al día siguiente atacan el pueblo de Yara y parten hacia Bayamo. Luego de varios alzamientos toman esa ciudad el día 20, donde cantaron por primera vez en público, el Himno Nacional.

Tiempo después, el Gobernador español envía refuerzos a Bayamo. Al verse perdidos, los mambises deciden incendiar la ciudad para que no caiga en manos enemigas, hecho que ocurre el 12 de enero de 1869.

En abril de ese mismo año Céspedes es elegido Presidente de la República en Armas, Constitución de Guáimaro. En marzo de 1870 su hijo del primer matrimonio, Oscar de Céspedes y Céspedes es capturado por desembarcar en Cuba con armas.

El Capitán General le plantea a Céspedes que lo fusilará si no depone las armas, a lo que él responde que todos los cubanos eran sus hijos y seguirá peleando por la libertad de Cuba. Como consecuencia de esto el hijo es fusilado el 29 de marzo y Carlos Manuel de Céspedes pasa a la historia como El Padre de la Patria.

Céspedes vuelve a casarse, ahora con Ana de Quesada y Loynaz, hija del General Mambí, Manuel de Quesada, la cual tiene que abandonar el país y viaja a Estados Unidos, por lo que solo se comunicaban a través de cartas. De este matrimonio nacieron Carlos Manuel de Céspedes y Gloria Dolores.

En 1873 es depuesto de su cargo de Presidente, le niegan la salida del país para visitar a su esposa e hijos y lo confinaron a la finca San Lorenzo, en la Sierra Maestra, donde se dedicó a escribir y a enseñar a leer a los niños. Se cuenta que, debido a una delación, una columna española lo ataca y aunque en lucha desigual, prefiere morir antes de ser capturado por el enemigo.

Sobre aquel día se dice que luego de sus acostumbradas tareas diurnas, sale a visitar a algunos vecinos de la intrincada comarca, en donde enseñaba a leer y escribir a los niños y dialogaba con los campesinos de la zona. Una niña se aproxima a la casa de "Panchita" Rodríguez, donde se encontraba Céspedes, y por el camino descubre la presencia de soldados españoles.

El patriota, revólver en mano, sale del bohío. Los españoles emprenden la persecución abriendo fuego. Un capitán, un sargento y cinco soldados lo persiguen. Los españoles intentan capturarlo vivo, pero el bayamés dispara sin detener la carrera. El sargento Felipe González Ferrer se le encima, y ante un último esfuerzo de Céspedes por neutralizar de un disparo a su rival, el sargento acciona su fusil y a quemarropa le perfora el corazón.