
El célebre científico cubano Joaquín Albarrán, quien falleció el 17 de enero de 1912, destacó en el campo de la Urología y es considerado un símbolo para todas las generaciones dedicadas a esta especialidad. Su obra es reconocida como uno de los aportes más completos de los urólogos de su tiempo a escala mundial.
Hay quienes piensan que era francés o español, pero el reconocido doctor nació en Sagua la Grande, Villa Clara el 9 de mayo de 1860. Cursó sus primeros estudios en La Habana, en el colegio de Belén, luego viajó a España, donde de graduó de Licenciatura en Medicina y después obtuvo el título de Doctor en la Universidad Central de Madrid, con solo 18 años.
Se trasladó a París, donde desarrolló una vasta obra científica, pero sus principales contribuciones fueron en las enfermedades genitourinarias y el tratamiento quirúrgico de enfermedades de la vejiga y de la próstata.
A pesar de vivir la mayor parte de su vida en el extranjero, siempre estuvo ligado a su patria. Desde España apoyó la causa independentista cubana y aportó fondos para la lucha y en ocasión de un homenaje que recibiera en Cuba en septiembre de 1890, expresó: “Brindo, señores, porque se le den a Cuba los elementos que le faltan para su completo desarrollo científico y por el porvenir de la ciencia, que tendrá consigo el porvenir moral y material de la tierra en que nacimos.”
A los 32 años, en 1892, tenía en sus manos el título de profesor agregado y en 1894 el de cirujano jefe de los hospitales de París. Por último, en 1898 se le designa el cargo de vicepresidente de la Sociedad Francesa de Urología.
Fue miembro distinguido de varias prestigiosas instituciones científicas, entre ellas: la Sociedad Anatómica de París; la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana; la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana y la Sociedad de Cirugía de París.
Legó una extensa obra, en su mayor parte escrita originalmente en francés, y traducida al alemán, al inglés y al español. Entre sus publicaciones más importantes se encuentran: Medicina operatoria de las vías urinarias (1909), Exploración de las funciones renales (1905) y Enfermedades quirúrgicas del riñón y la uretra (1899). Dominó correctamente varios idiomas. También se interesó y redactó algunas notas relacionadas con la Historia de la medicina, en particular sobre su especialidad.
Considerado el más grande especialista en urología de su tiempo, este excelente clínico, histólogo, bacteriólogo y fisiólogo falleció prematuramente, a los 51 años, y se le enterró en el cementerio de Neuilly-sur-Seine, donde concurrieron a despedirle, entre otras personalidades, los presidentes del Senado y de la Cámara de la nación francesa.
Referencia
Enciclopedia cubana Ecured

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Olvidado practicamente por la misma medicina... pues ni una ofrenda floral veo en su busto,Hoy en dia,su monumento que tiene la base dañada de granito negro frente al Hospital de Emergencias en La Habana,pudiera ser restaurada ,no se necesita la inversion de grandes recursos por parte de la comision nacional de monumentos,solo hace falta voluntad y creatividad suficiente para con los mismos materiales hacerle su pequeña modificacion para arreglarla y asi no siga siendo de asiento a los que esperan guaguas causa esencial de su deterioro...