Foto: Ecured

El notable médico cubano Fernando González del Valle y Cañizo, profesor fundador de la Cátedra de Cirugía y considerado un gran maestro de cirujanos, nació hace 215 años, el 28 de diciembre de 1803.

Fungió como Decano de la Facultad de Medicina y Rector de la Real y Literaria Universidad de La Habana. Miembro fundador de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, donde llegó a ser vicepresidente; además de integrar la Sociedad Económica de Amigos del País y ser autor de una prestigiosa obra científica.

Realizó los estudios de bachillerato en Artes, disciplina preliminar para ingresar en la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana, en la cual se graduó en 1818. Además del título de bachiller en Artes, se le confirió el diploma de alumno distinguido, por sus altas calificaciones.

Ese año ganó por oposición una plaza de practicante en el Hospital Civil de San Felipe y Santiago, y comenzó a estudiar la carrera de Medicina. Se graduó como bachiller en Medicina a los diecisiete años de edad, el 20 de mayo de 1821, momento en que ya había ganado un enorme prestigio entre sus condiscípulos y profesores.

Más tarde obtuvo el título de Licenciado en Medicina y emprende lo que constituyó luego su obra fundamental: la fundación de la Cátedra de Cirugía, con consentimiento y auxilio de la Real Sociedad Económica de La Habana. En esta se desempeña de modo gratuito hasta 1832. Cuando es incorporada a la Real y Pontificia Universidad, se convoca por oposición y la obtiene en propiedad.

Allí logró iniciar a sus discípulos en los últimos avances en cirugía y en 1839 puso a su disposición las Tablas de Anatomía por él confeccionadas, con un tratado de osteología*. En 1842 este centro de estudios se transforma en la Real y Literaria Universidad de La Habana, donde ocurre una reforma de la enseñanza que conllevó a la creación de la Cátedra de Patología Externa, Medicina Operatoria y Clínica Quirúrgica, con el doctor González del Valle al frente.

En la nueva cátedra alcanza numerosos éxitos científicos y puso en práctica sus dotes de maestro, experto clínico y hábil cirujano; demostró la importancia del examen escrupuloso de los enfermos, la rectitud, la serena reflexión y la seguridad en el diagnóstico.

Debido al carácter eminentemente práctico dado a su enseñanza, pudo acometer muchas acciones quirúrgicas hasta entonces no intentadas. Esto, unido a su preocupación constante por estar al tanto de los progresos en cirugía, validó el prestigio ganado en su especialidad.

La reforma universitaria de 1863, que estableció modificaciones de importancia en los planes de estudio, separó en tres asignaturas con sus respectivas cátedras, la que hasta entonces había impartido el doctor González del Valle, quien asumió la de Patología Quirúrgica, que desempeñó con igual entusiasmo hasta que en 1882 fue designado Rector de la Universidad.

Además de su consagración a la enseñanza durante años, fue cirujano del Hospital de Mujeres de San Francisco de Paula -de manera gratuita- y subdelegado de Medicina ante el gobierno. Durante el ejercicio de su profesión conservó intacto su talento, constancia y amor por la ciencia y su larga vida abarcó casi todo el siglo XIX, pues falleció en La Habana el 15 de agosto de 1899.

*Rama de la anatomía descriptiva que trata acerca del estudio científico del sistema óseo