Heidys Hernández Díaz, de nueve años y alumna de la escuela primaria Osvaldo Hernández Chávez, quiere ser enfermera, mientras Jennifer Duverger Pérez, de 14 años, preferiría dedicarse a la enseñanza especial “porque los niños, cuando tienen una discapacidad, también tienen derecho a recibir educación”, como les enseña la instructora Hilda Caridad Pacheco. Jorge Daniel Mezquíaz García, de 12 años, optó por el círculo de interés de biología.
Un acercamiento a esas profesiones y temáticas propician los círculos de interés del Palacio Municipal de Pioneros Eduardo García Delgado, de Marianao, una de las obras reinauguradas en el territorio a propósito del aniversario 500 de La Habana, una muestra de que este acontecimiento llega a todas partes.
De acuerdo con Margarita Portuondo, directora del palacio, en total son 17 aulas para los círculos de interés, entre ellos tres laboratorios: computación, biología-química y física. Como parte del proceso, se rescató el bloque uno, hasta ahora desactivado, donde seis aulas brindan conocimientos de deportes, electricidad, derecho, recreación, enfermería y estomatología.
En el centro, que se benefició de una reparación total que incluyó albañilería, electricidad, plomería y pintura, funcionan 51 círculos relacionados con la construcción, medicina, música, artes plásticas y los pioneros exploradores, entre otros. Al dejar reinaugurada la instalación, Liudmila Álamo, integrante del Buró Provincial del Partido, exhortó a la comunidad, instructores, niñas, niños y adolescentes a cuidar y proteger la instalación y los recursos asignados.
Hogar habanero de los maestros de Cuba
En La Habana, donde más de dos mil maestros de toda Cuba imparten clases en los diferentes niveles de enseñanza, once instalaciones les sirven de hogar, para algunos, ya por muchos años.
En Los ocujes, en el Cerro, viven unos 255 en las dos torres, beneficiadas con una inversión superior al millón de pesos, que incluyó impermeabilización de cubiertas, enchapes, pintura y jardinería.
Según la licenciada Leticia Nicado Angueira, directora de la residencia, los profesores, provenientes de todas las provincias del país, incluido el municipio especial Isla de la Juventud, imparten clases en la enseñanza prescolar, primaria, secundaria y especial y representan el 47,1 por ciento de la fuerza de trabajo del sector de la educación en el territorio.
Con este trabajo, se elevan las condiciones y confort para la estancia y el descanso del profesorado, destacó la directora del centro, que cuenta también con comedor, lobby, sala de computación y lavandería.
En la reinauguración fueron reconocidas las entidades que participaron en la obra: la Unidad Básica de Producción Cooperativa La victoria, la Empresa Agroforestal Habana, la brigada constructora ECOA 53 y Empromat.
Según dijo Álamo en recorrido por la instalación, esa obra forma parte de un programa concebido para las 11 residencias, que se complejiza por la necesidad de realizarla con los profesores dentro, pero que deben tener la mayor calidad por la contribución que ellos hacen a la capital.
Química para el futuro
En el Instituto Politécnico de Química (IPQ) Mártires de Girón, en Playa, se han formado durante años técnicos de esa especialidad y han hecho carrera en diferentes industrias, Dentro de la matrícula general, que supera los mil 250 estudiantes, hoy 50 muchachas y muchachos de Artemisa, internos, se forman como futuros integrantes del equipo de una industria de alto estándar que BioCubaFarma construye en la Zona Especial de Desarrollo Mariel.
Según explicó Rodolfo Parra Rojas, director de capital humano de BioCubaFarma, se había identificado la necesidad de fuerza de trabajo para la planta de Mariel y el reto fue decidir dónde se formaba. Se decidió entonces crear las condiciones aquí en el IPQ para que se pudieran alojar y se avanza en nuevos espacios hasta alcanzar la cifra de 150, “lo que nos dará una garantía para la empleomanía de la planta, que producirá fundamentalmente productos biotecnológicos”.
“Fue una reconstrucción total del inmueble, se buscó recuperar las características de edificio, que tiene toda una historia y una calidad constructiva y es un excelente regalo a la capital por su aniversario”, dijo Parra Rojas.
Melanie Rodríguez Sosa, de 15 años y procedente del central Habana Libre, de Artemisa, algunas veces todavía extraña a su mamá. “Estudio química industrial, me siento bastante cómoda, tenemos todas las condiciones y nos atienden y me siento bien aquí. Ya me adapté”, dice.
En cuartos de cuatro y seis, muchachas y muchachos artemiseños permanecen en la escuela y regresan a sus casas los fines de semana. En la escuela, que forma por un periodo de cuatro años, reciben asignaturas como las que corresponden a la enseñanza general, se suman las relacionadas con la especialidad como análisis químico, microbiología biorgánica, tecnología general de la química, controles internos, entre otras, dijo Maritza Bizarrón González, directora del IPQ.
Liudmila Álamo reflexionó con el alumnado acerca de la oportunidad que representa esa formación y de las posibilidades de trabajo que les abren para el futuro y los invitó a aprovechar el tiempo y, luego, seguirse superando.
Entre las fuerzas que llevaron adelante la recuperación del IPQ se encuentran la empresa Servigen y la cooperativa no agropecuaria Pirámide.
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