Algunos dicen que la lluvia de la noche de ayer fue una señal de buena voluntad de San Pedro, otros que ese santo sintió envidia de los festejos a la ciudad que tuvo como nombre el de san Cristóbal, sin embargo, aunque hubo que cambiar los planes, salió el cabildo, los fuegos artificiales llenaron La Habana Vieja de luces y las personas le dieron las tres vueltas a la ceiba y pidieron por la buena ventura y la salud. La tradición quedó intacta.
En su alocución Félix Julio Alfonso, rector de la Universidad de San Gerónimo, destacó: “hace exactamente un año, en este mismo lugar, el Historiador de la Ciudad nos convocaba a consumar todos los esfuerzos posibles, y hasta los imposibles, para restañar las heridas causadas por el devenir inexorable de cinco siglos. Y así ha sido, la capital se ha levantado como una gigantesca multitud de compromiso y entrega sin límites. Hombres, mujeres y hasta los niños han trabajado sin descanso, y no ha quedado un solo lugar de La Habana que no haya sido embellecido o renovado”.

En sus palabras, dedicadas al historiador de la ciudad, Eusebio Leal, a quien la salud impidió asistir a la tradicional celebración, el orador lo describió como “la criatura más perseverante y batalladora por que no se pierda la esperanza y la fe de los habaneros, el creador de esa utopía maravillosa que es la ciudad restaurada, conservada, limpia y hermosa”.
El historiador hizo un breve recuento de la historia habanera, desde su fundación a mediados de 1514 en un lugar no precisado de la geografía del occidente de Cuba, hasta su asiento definitivo, la primera ceiba, las rebeldías de sus esclavos, el nacimiento de José Martí, el más universal de los cubanos; la inmigración que trajo a Cuba españoles de todos los confines de la península: andaluces, gallegos, vascos, asturianos, catalanes y canarios; franceses de Haití y de la Luisiana; italianos, alemanes, polacos, rusos, judíos sefarditas y askenazíes, turcos, sirios y libaneses, yucatecos y caribeños hasta su historia revolucionaria y su actualidad.

“Los grandes monumentos históricos han sido restaurados, los mármoles y bronces de las estatuas han vuelto a brillar como el primer día, las hermosas avenidas se han abierto iluminadas, y se han construido nuevas viviendas, escuelas y centros de salud o de recreo, en beneficio de una población que, originaria de ella o venida de todos los confines de la Isla, la ha hecho suya, y ha fundado allí su hogar y su familia”, destacó Alfonso.
“Que el 500 aniversario no sea una meta cumplida, sino un punto de partida para alcanzar nuevas realizaciones y un desafío permanente para la imaginación y la utopía por una ciudad mejor. La joven dama que cumple 500 años y todos sus habitantes, así lo merecen”, dijo Alfonso recordando el mandato que nos ha pedido Eusebio, el Partido y el Gobierno de la capital y del país.
En declaraciones a la prensa, Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido en la ciudad, se refirió a las prioridades de la capital y sus habitantes para la próxima etapa: elevar la eficiencia económica, disminuir las importaciones, incrementar y diversificar las exportaciones; y aumentar la producción de alimentos, como vía para alcanzar la seguridad alimentaria, incluso cuando se arrecia el bloqueo hacia el país.
A su vez, consideró tan importante como esas prioridades en lo económico multiplicar la construcción de viviendas para alcanzar escalonadamente las cifras que décadas atrás se edificó anualmente.
Más tarde, unos 14 minutos de fuegos artificiales, que provocaron exclamaciones de admiración en habaneras, habaneros y visitantes, donados desde Canadá, vítores por los 500 y por La Habana.
Según se dio a conocer, los Cantares Por mi Habana, suspendidos la víspera debido a la lluvia, se realizarán el próximo domingo, a partir de las siete de la noche, en la explanada del Castillo de la Punta.