Foto: Cubadebate


Tanto amor brindó que la muerte no pudo retenerle. Anda con su pueblo, entre quienes sueñan con un mundo mejor, en la sonrisa de los niños, en los miles de jóvenes presentes en la Velada Política Cultural de la juventud cubana por el segundo aniversario de la desaparición física del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, en la escalinata de la Universidad de La Habana.

Antes que las sombras de la noche tomasen la ciudad, exponentes de la Cultura cubana se unieron al homenaje y allí, al pie del Alma Mater, se volvió a sentir la presencia del padre amado, en una jornada donde se observó crecer a los pinos nuevos quienes fueron a brindarle su corazón al hijo eternamente rebelde, al hombre de verde olivo y mirada certera.

Fue como si las agujas del reloj hubiesen viajado hasta el 3 de septiembre de 2010, cuando Fidel dijo a los estudiantes reunidos en la escalinata universitaria: “No pareciera posible que un país tan pequeño como Cuba se viera obligado a cargar el peso de la lucha contra aquellos que han globalizado y sometido el mundo a un inconcebible saqueo, y le ha impuesto un sistema que hoy amenaza la propia supervivencia de la humanidad”.

Cuánta razón en sus palabras, cuánta actualidad, cuán larga la vista del hombre que se volvió pueblo a fuerza de andar deshaciendo entuertos, fundirse con las multitudes, enfrentar ciclones, estar siempre en la primera línea de batalla, ser el eterno abogado de los humildes.