Un absurdo accidente de tránsito. No puse atención al cruzar la calle... y la moto me batió de jonrón en la misma esquina de mi casa. Dolores, magulladuras... vecinos que me auxiliaron enseguida. Y mis tíos y una pareja de amigos que viven cerca pusieron sus autos de ambulancia. Susy a mi lado. Dos hospitales en esta tarde-noche de viernes, el Ortopédico Fructuoso Rodríguez y el Clínico Quirúrgico Calixto García. Atención inmediata, médicos jóvenes, cubanos y de varios países hermanos. En el Ortopédico placa y yeso, no de la mejor calidad, porque falta material para el yeso y no hay buenas gasas, te explican y yo maldigo el bloqueo yanqui. En el Calixto: análisis de sangre, electrocardiograma, placa de torax y ultrasonido, limpieza, agilidad y mucha solidaridad en la atención de médicos y resto del personal técnico. Reynaldo: camillero de lujo. Resultados muy rápidos, menos de una hora. COSTO: CERO CENTAVOS.

Fue mi vivencia de cubano cualquiera. Nadie allí me había visto nunca. Los que han vivido experiencias negativas con nuestro sistema de salud, que a veces inundan estas redes con sus historias (que yo no pretendo negar, ni tampoco justificar) se pueden ahorrar sus comentarios de veneno. Es mi experiencia personal, ahora, esta noche. Ya estoy en casa con mi yeso imperfecto, adolorido, pero sin mayores complicaciones. Un amigo-hermano, que sufrió un terrible accidente de moto hace pocos años, me prestó las muletas que ya no usa. La familia y otros amigos se han movilizado para medicamentos si hicieran falta. Reitero lo que afirman mis otros hermanos, Amado Riol y Raulito Torres: "¡A Cuba hay que quererla!" ¡Claro que sí, carajo!

(Tomado del perfil en Facebook de César Gómez)

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Gracias Centro Habana por la enseñanza