Que la COVID-19 les haya privado de clientes y que la muerte les arrebatase a quien durante muchos años fuera su director, no les han quitado los ánimos. Para sobreponerse a ello, el colectivo del Hotel Nacional de Cuba se alista para celebrar su aniversario 90.
Los tiempos de COVID-19 han sido duros. Ante el cierre de las fronteras y la suspensión de vuelos, el turismo cerró y muchos trabajadores quedaron en sus casas, mientras que un mínimo imprescindible se mantuvo trabajando para dar continuidad a las acciones del programa de mejoras, que le permitirán abrir este 30 diciembre, el día de su aniversario 90.

En conferencia de prensa, Luis Miguel Díaz, director del hotel, informó que múltiples han sido las obras: reparación de 150 habitaciones en los pisos seis, siete y ocho -cambios de ventanas, mobiliario, accesorios de baños, entre otras-, mejoras en mesa buffet –lo que permitirá la adecuada conservación de los alimentos fríos y calientes-, galería y su bar, áreas exteriores, piscinas, snack bar, SPA, y cafetería Rincón del Cine–pisos, iluminación y falsos techos-, reparación de equipos de frío, entre otras.
Todavía algunos de los objetos de obra están en ejecución, pero se irán terminando según cronograma y sin violar las medidas de seguridad establecidas para la COVID-19, para estar listos el día antes de fin de año, sostiene.
En todo ello, junto a trabajadores de la instalación insignia de la hotelería cubana, de administración cubana, han participaron colaboradores y fuerzas de entidades del sector como Emprestur, ITH, Inmobiliaria del turismo, EPROB y Puerto Carenas, de la Oficina del Historiador de la ciudad.
De acuerdo con el director general, el objetivo estratégico del programa iniciado hace algunos meses y que se extenderá durante los tres próximos años es elevar sostenidamente la competitividad del hotel, para conservar su posición de insignia de la hotelería cubana y maximizar el ingreso medio por turista.

Según destacó, para la apertura, a estas mejoras que elevan el confort y la calidad de la atención a los clientes, se suma la obtención del certificado que los acredita como Hotel + higiénico y seguro.
A tono con la estrategia nacional
Según declaró Díaz a Tribuna de La Habana, aunque algunos recursos son de importación por la necesidad de conservar los requerimientos relacionados con el patrimonio, cerca del 60 por ciento de lo que se ha empleado en estas mejoras provienen de la industria nacional. “Casi todo el mobiliario y parte de los textiles, así como materiales de la construcción, son hechos en Cuba”, precisó.
En su vinculación con entidades nacionales, resalta la utilización de césped desarrollado por la Estación Experimental Indio Hatuey, dedicada a la investigación. El césped, dijo, es de muy rápido crecimiento y ocupará áreas que antes no lo tenían y permitirá la colocación en las zonas exteriores de columpios y hamacas.

Por otra parte, indicó que como dicta la política del país y del Ministerio del Turismo, el equipamiento y la iluminación nuevos responden a la necesidad de ahorrar energía y proteger el medio ambiente.
En el contexto de la Tarea Ordenamiento monetario y financiero en curso, “con la reapertura vamos a tener nuevos estándares de servicios en la parte gastronómica y de alojamiento y todo esto repercutirá en una mayor rentabilidad económica y financiera del hotel, lo cual nos permitirá incrementar la riqueza del país, pero también la de los trabajadores”, dijo Díaz.
Para la reapertura, el día 30, el Nacional propone diversas actividades, entre ellas, cancelación de sello, almuerzo con el colectivo, desfiles de moda, competencia de autos clásicos, cañonazo desde el cañón Ordóñez, animación en sus áreas exteriores y cenas en sus emblemáticos restaurantes.
“Escogimos esa fecha porque es el mejor homenaje al cumpleaños 90 y también de un hijo fiel de este hotel, quien fue su director, Antonio Martínez” (recientemente fallecido).
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Y QUE NECESIDAD EXISTE DE IMPORTAR LAS VENTANAS, ESO ES INENTENDIBLE, AQUI HAY FABRICAS QUE PERFECTAMENTE PUEDEN HACERLOS