La urgencia de crecer en materia de capacidad de almacenamiento fue puesta de relieve por el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Salvador Valdés Mesa, durante una visita a la llamada Posición de Silos Hacendados que, perteneciente a la Empresa de Silos, del Grupo Nacional de Ganadería, está ubicada en Guanabacoa, muy cerca de la rada habanera, adonde acudió a chequear el desenvolvimiento de las labores de rescate y reparación que les practican.
Se trata de un emplazamiento compuesto por ocho depósitos circulares, suerte de tanques –conformados con planchas de zinc galvanizado sobre bases de hormigón-, destinados a almacenar maíz en grano. Tienen una capacidad de dos mil toneladas per cápita, pero desde febrero pasado cerraron puertas a consecuencia de un marcado deterioro.
Valdés Mesa conoció que la reanimación civil de los graneros corre a cargo de una brigada del Contingente Julio Antonio Mella, cuyos integrantes arrancaron desde julio último con el compromiso de, en una primera etapa hasta diciembre, concluir cuatro, pero adelantados en el cronograma, ya terminaron dos, y calculan que los otros dos restantes, queden listos en septiembre.
En opinión de Valdés Mesa, es un elemento favorable a aprovechar, e indicó avanzar también, hasta donde las disponibilidades lo permitan, en las reparaciones mecánicas (reductores, barredoras, y otros desperfectos), unido al empeño de esforzarse para tratar de concluir durante octubre y noviembre los restantes cuatros silos, amén de los previsto en el plan, que fija tales tareas para una segunda etapa, en el 2020.
Una vez recuperado el valor de uso, estos almacenes -administrados por el Ministerio de la Agricultura (MINAG)-, resguardarán maíz a granel, destinado a la elaboración de pienso y harina, para el consumo animal y humano, respectivamente.
Idael Pérez Brito, viceministro primero del MINAG explicó que el propósito esencial es potenciar las producciones de carne de cerdo y aves, además del huevo, al tiempo que, la cercanía al puerto garantizará ahorro de combustible por concepto de transportación, y el tiro directo hacia las fábricas de procesamiento ya no será imprescindible, como tampoco resultará necesario hacer desembolsos por razones de sobrestadía.
Valdés Mesa indicó un levantamiento de naves y otras instalaciones, subutilizadas y con posibilidades para ser convertidas en almacenes, de manera tal que la capital esté mejor preparada para recibir y guardar mercancías.
Aledaña a los silos, cerca de por medio, funciona la Unidad Empresarial de Base (UEB) # 2 Occidente, de la Empresa Nacional de Transporte de Alimentos a granel, eslabón (importantísimo) intermedio de la cadena que se completa con el puerto y la economía interna.

Hasta aquí llegó también el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, quien supo, por boca de René Reyes Álvarez, director de la Empresa, que la entidad es la encargada del trasiego de productos para el consumo que no estén embalados, y para ello cuenta con tres URB o bases (Occidente, Centro y Oriente), además de disponer de poco más de 100 camiones, de los cuales funcionan unos 60 diariamente como promedio y mueve en ese mismo lapso 3 600 toneladas hacia los almacenes o molinos.
En respuesta a las interrogantes de Valdés Mesa, Reyes Álvarez informó que el salario promedio mensual de los trabajadores supera los 640 pesos, las limitaciones con piezas y accesorios e insuficiente flotilla, son las dificultades fundamentales que le limitan, y que a pesar de contar con el sistema de control de los vehículos por GPS, todavía se reportan violaciones e indisciplinas, por parte de los choferes.
Frente a estas realidades, Valdés Mesa fue preciso: comprar nuevo resulta caro, por eso es mejor respetar los ciclos de mantenimiento y asegurarse los insumos para ello. A los conductores indisciplinados es menester corregirles –dijo- y si es preciso, incluso bajarles de los vehículos, dijo. Las normas de consumos deben estar actualizadas y nada justifica el derroche de combustible, precisó.