La china Beatriz Hou, fumadora de habanos desde hacer tres años, prefiere Cohíba Foto: Raquel Sierra

Hacia distintas latitudes y continentes vuelan los delegados internacionales que asistieron hasta el 22 de febrero a la edición XXI del Festival del Habano. Los del patio, han regresado a sus rutinas habituales. Sin embargo, permanecen las impresiones que dejó en ellos este encuentro.

“Esta es mi cuarta ocasión en el Festival. Me gusta mucho esta actividad porque atrae a muchos fumadores y mucha emoción. Siempre lanzan alguna marca nueva de buenos puros. En cinco días, nos llevan a recorridos por las plantaciones, las fábricas y nos da la oportunidad de conocer todo el proceso de elaboración de un puro, la cultura del tabaco, que es un símbolo de Cuba”, dijo Beatriz Hou, de China. 

Para Hou, quien comenzó a fumar puros torcidos a mano hace tres años, “la cultura del tabaco lleva casi 500 años entonces, es parte de la cultura nacional y reúne los esfuerzos y los genios de cubanas y cubanos y cada marca tiene su historia: por qué se llama tabaco, por qué Cohíba…”

Favio Palazzi Foto: Raquel Sierra

“Como todos los años, el festival, espectacular, bien organizado. Trajimos seis clientes de Argentina, muchos venían por primera vez y quedaron muy conformes, se sorprendieron por la ciudad, donde se está trabajando mucho por el aniversario”, dijo Favio Palazzi, gerente general de Puro Tabaco S.A., distribuidor exclusivo de Habanos S.A. para Argentina, Chile y Uruguay.

Según Thomas Ziemer, del canal de Youtube Degustando charutos, líder en lengua portuguesa en el mundo: “me gustó mucho este festival y me llamó mucho la atención el salto de calidad de los puros y los lanzamientos.

“Habanos está trabajando mucho para mejorar cada vez el mejor habano del mundo, tanto en el producto en sí como en el acabado y la identidad visual. Las cajas, ahora son distintas y muy especiales”.

“Desde la primera vez que fumé un habano, hace 16 años, fue un Hoyo de Monterrey, un petit Robusto, no me olvidé nunca más de su sabor y su magia”, dijo Ziemer, para quien el mejor habano es el que fuma en el momento. 

Cubanía y diversidad

Clara Camalleri Foto: Raquel Sierra

En su stand Clara Camalleri muestra sus perfumes artesanales. La ingeniera química y perfumista diseña olores y durante el festival presentó fragancias nuevas relacionadas con el tabaco  y el aniversario de la ciudad: Villa 500, un aroma femenino y misterioso, para la noche, y Tabaco in blue, con tendencia masculina.

“Todo estuvo bien pensado y organizado, muy interesantes las catas  y conferencias, lo que lo convierte en un medio propicio para nuevas relaciones y negocios. En nuestro caso, qué mostramos: fragancias naturales y cubanas, hechas a mano, con hojas de tabaco y maceraciones de flores nuestras, como la mariposa, lo que resulta de interés porque no es todas partes de realiza este trabajo artesanal”, explicó Camalleri. 

Cabrera y Cabrerita,  son los  iniciadores dentro de la Asociación Vitofílica Cubana en participar en los festivales, desde el primero hasta esta vigésimo primera edición. “Nos sentimos contentos. El aniversario  500 de la ciudad es algo sublime para nosotros,  los que vivimos en ella y la queremos eternamente, por lo que significa para el mundo”, dijo Miguel Cabrera, vicepresidente de la Asociación Vitolfílica de Cuba.

El coleccionista Miguel Cabrera, de Cabrera y Cabrerita Foto: Raquel Sierra

A juicio de Cabrera, muchas personas del mundo quieren venir a La Habana, pasear por su Prado y la Alameda de Paula, visitar el Capitolio y la Catedral, ver desde el Malecón el insigne Morro, el gran centinela silencioso, que con su belleza nos ha custodiado durante tantos años. 

“Creo que el XXI Festival ha sido un éxito rotundo y ha estado a la altura de los 500 años de la ciudad”, dijo el coleccionista de memorabilia tabacalera.

Durante el encuentro, se presentaron varios libros, entre ellos “El habano, de la semilla al puro en 539 pasos”. Su autor, Eumelio Espino, consideró que mantiene su elevada categoría.

Con su libro, Espino trata de responder a la curiosidad de conocer a profundidad cómo se elaboran los torcidos, tomando como paso un conjunto de acciones simples que dan un resultado en la cadena productiva, señaló el autor, cuyo libro prácticamente se ha agotado y existen solicitudes que podrían llevarlo a una segunda edición.

“No puede haber algo que pueda honrar más en un aniversario 500 que destacar el habano, que lleva su nombre precisamente por La Habana, como denominación de origen”, concluyó.