Industriales cerró este viernes la etapa clasificatoria de la III Liga Élite del Béisbol Cubano con 20 victorias y 20 derrotas, anclado en la tercera posición y con el boleto sellado hacia la tierra prometida de la postemporada, donde se forjan los campeones.

Misión cumplida para Guillermo Carmona y su cuerpo de dirección, quienes obraron alquimia pura entre las alineaciones y maniobras en la lomita, desafiando los vientos en contra para mantenerse entre los elegidos.
Lesiones, partidas hacia compromisos internacionales y los imprevistos que suelen atacar en los caminos largos, golpearon la nave azul desde el segundo tercio del torneo. Pero no naufragaron.

Las estrategias en la selección de refuerzos dieron frutos, y hubo hombres que cargaron con el peso del escudo capitalino para llevarlo a buen puerto.

Hasta 20 lanzadores tuvo que utilizar el alto mando felino en la fase regular, 10 de ellos en roles de abridor. Una rotación fragmentada, que sin embargo, no impidió la batalla.

Pavel Hernández se alzó como estandarte en la colina: cinco victorias, líder en ponches (42) y una efectividad temible de 2.09, iluminando el camino de un cuerpo de pitcheo que terminó primero en abanicados (209), segundo en promedio de oponentes (.273) y tercero en efectividad (4.66).

La ofensiva, por su parte, rugió con fuerza: segundos en promedio (.302), cuadrangulares (25), carreras anotadas (230) y boletos recibidos (169), lo que evidencia paciencia y colmillo afilado en la caja de bateo.
Guerreros como Dennis Laza, Ángel Hechavarría y Yasiel Santoya lideraron los principales departamentos ofensivos, remolcando en 21 ocasiones carreras decisivas para sellar victorias.

Ahora, toca esperar. El duelo semifinal aguarda en un horizonte de dos semanas, y la confrontación será frente a los aguerridos Tigres de Ciego de Ávila o los temibles Leñadores de Las Tunas.

Aún hay tiempo para los vaticinios. Dos nuevos refuerzos por equipo podrían inclinar la balanza en la próxima cruzada. Mientras tanto, la tropa capitalina se reorganiza tras las partidas hacia Canadá de los serpentineros Andy Vargas y Yadián Martínez, así como del indomable jardinero Yosvani Peñalver.

La afición, fiel y fervorosa, no alberga dudas: el equipo de las letras góticas no se rendirá. Seguirá dando guerra. Porque quizás el destino aún guarda para ellos gestas memorables y dulces venganzas. Nos vemos en el estadio.

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