La reciente actuación de Jonathan Hernández en los play offs de la Primera B masculina de fútbol sala, de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), fue otra prueba contundente de la notable calidad de los futsalistas habaneros.

Su equipo, el Club Atlético Newell’s Old Boys, terminó en segundo lugar en la fase regular de la segunda división del futsal de esa nación rioplatense –detrás del poderoso River Plate– mientras que Franja de Oro finalizó en tercero. Ese resultado le permitió a River ascender de manera directa a la primera división, y obligó a Newell’s y a Franja de Oro a enfrentarse en una serie de dos partidos por el otro boleto disponible para el ascenso.

El pleito de ida se celebró el sábado 14 de diciembre en cancha de un elenco Franja de Oro que hizo valer su
condición de anfi trión para vencer a Newell’s con pizarra de 3 goles a 1, a todas luces, difícil de remontar. Por cierto, el gol solitario de los derrotados lo marcó el giraldillo Jonathan, tal vez sin imaginar que sería decisivo en las aspiraciones de los suyos de llegar a primera división. Exactamente una semana después –el sábado 21– en el partido de vuelta, efectuado en un repleto Estadio Cubierto Dr. Claudio L. Newell, el muchacho oriundo de Marianao volvió a poner en alto el nombre de su ciudad y de su país, tras anotar un golazo tempranero que reavivó las esperanzas de la hinchada desbordada en las abarrotadas gradas del recinto techado.

No mucho después, el propio Jonathan intentó un autopase en el área chica rival y los defensores contrarios le cometieron falta como inevitable recurso para detenerlo, y la infracción se tradujo en un penal bien cobrado por Jeremías Alvarado, válido para asegurar el momentáneo empate en el marcador global.

Ya en la segunda parte, a los seis minutos, una jugada colectiva facilitó que Renzo Feito acomodara un balón
junto al palo para defi nir el 3-0 a favor de Newell’s en el partido, y el 4-3 en el global.

El innegable protagonismo en estos play off s del jugador nacido en la principal urbe cubana, –cuya llegada a
las fi las de su actual equipo aconteció a fi nales de julio pasado– no fue para nada casual, pues en una entrevista que ofreció en septiembre último ante un medio digital especializado dejó claro cuáles serían sus metas inmediatas: “Con Newell’s no pienso en otra cosa que no sea ascender y llevar a este equipo a la primera división… sería un sueño poder jugar allí”.

Jonathan, para bien de la fanaticada de Newell’s, y para orgullo de sus seguidores en La Habana y en toda Cuba, cumplió su primer objetivo. Y lo hizo allá, donde el fútbol es pasión, drama y fiesta. En la tierra de Diego y Lionel, el muchacho de Marianao crece constantemente como atleta y, sin dudas, ya tributó su primera cuota de grandeza.

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