Complejo ha sido todo el proceso previo a la arrancada, este 17 de noviembre, de la 38 edición de Marabana 2024, la cual, con salida y meta frente a la Sala Polivalente Ramón Font, forma parte de los festejos de La Habana por su 505 cumpleaños.
Desde temporales que han impedido la realización de una carrera, como sucedió el 10 de octubre de este año, hasta los huracanes Oscar y Rafael, que tensionaron al país, sobre todo el último, el cual dejó múltiples afectaciones, fundamentalmente en las provincias de Pinar del Río, Artemisa y La Habana, son desafíos que debieron vencerse previo a la arrancada de Marabana 2024.
La entrega de los dorsales, para la mayoría de andarines y caminantes, constituye el último momento visible del complejo proceso de preparación que lleva un evento como este, pero no resulta así para el grupo de trabajadores y voluntarios de Marabana, quienes aún tienen un largo camino por delante y que se extiende más allá del final de la carrera.
El constante accionar de personas como Gattorno, Mesa, Faustino, Georgina, y el resto de las muchachas y personal de Marabana, (por solo mencionar algunos, pues la lista sería interminable), se hace presente desde la madruga, en acciones donde cuentan con un nutrido grupo de voluntarios. Solo de esa forma se puede garantizar esta carrera, la cual llena de colores y respiraciones entrecortadas, de rostros alegres y otros sofocados, de palabras de aliento y saludos lanzados al aire, varias de las principales arterias de la capital de todos los cubanos.
Desde el momento mismo en que, este 17 de noviembre, el primer corredor cruce la línea de meta, dará inicio la confección de la lista de clasificados para Marabana 2025. Se trata de una fiesta que nunca termina, de un trabajo inacabable que, al decir de sus propios organizadores, es siempre perfectible.
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