El reciente buen desempeño del habanero Alejandro Rodríguez Diez en la Copa Continental Premium de Triatlón de las Américas de Viña del Mar 2024, sin dudas, constituye una buena noticia para este deporte en la capital y en toda Cuba, a la vez que acentúa el virtuosismo y el talento de este joven competidor.

En la reconocida sede chilena el giraldillo arribó a la meta en la sexta posición (entre 42 participantes), y detuvo los cronómetros a los 53:19 minutos, con lo cual consiguió su mejor marca del actual año.

El “Kenya”, como le llaman cariñosamente, ha alcanzado buenos resultados en la mayoría de las competencias en que ha tomado la largada, y en este 2024 se ciñó la corona en la Copa Regional de Desarrollo del Triatlón Mundial de Santo Domingo, con un registro de 57:28 minutos.

No obstante, en el presente año el capitalino también ha sobresalido en otras lides, como el Campeonato Centroamericano y del Caribe de Triatlón, en Punta Cana, República Dominicana. Allí –a mediados de agosto– se destacó al ubicarse en el cuarto lugar, con un tiempo de 55.35 minutos, solo superado por los estadounidenses Sullivan Middaugh (54.54) y Reese Vannerson (55.16), y por el canadiense Pavlos Antoniades (55.24).

Meses antes –a finales de marzo de 2024– en el V Maratón Internacional de Varadero, el “Kenya” finalizó en un magnífico segundo lugar con 1.09.58 horas. A propósito de ese tiempo, Diósele Fernández, entrenador de la selección nacional de Triatlón de Cuba, por entonces señaló ante la prensa acreditada para el evento: “es lo mejor que ha corrido un triatleta cubano, superior al 1.12 que tenían Michel González y Junior Rosete”.

Sin embargo, no todo 2024 le sonrió a Alejandro, pues en la  VIII edición del Triatlón de La Habana, efectuada en febrero, el triatleta nacido en la principal urbe de Cuba quedó por debajo de lo que la mayoría de los especialistas y aficionados esperaban de él, al concluir en el lugar 20 con un pésimo tiempo de 1:52:30 horas.

La progresión en cuanto a resultados de este estelar triatleta de 23 años ha sido notable. El mal inicio en febrero no logró desmotivarlo, y el transcurso del año –evidentemente– sirvió para que pudiera sacar a relucir su verdadera calidad y, sobre todo, su demostrada capacidad para levantarse después de una discreta actuación, virtud esta que solo distingue a los elegidos por el éxito.

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