El lanzador de Industriales Frank Herrera estuvo contratado esta temporada en la Liga Italiana de béisbol con el Unipolsai Fortitudo Bologna, equipo que llegó hasta las semifinales, y tuvo que conformarse con ver de lejos el desempeño de los Leones capitalinos en los playoffs de la pasada Serie Nacional.

«Fue muy doloroso verlos desde la distancia, más cuando me fui a punto de comenzar la postemporada.Trataba de comunicarme siempre con ellos para aconsejarlos, darles mucho ánimo o explicarles desde mi punto de vista como trabajar», le declaró en exclusiva a Tribuna de La Habana.

Confesó disfrutar mucho la épica remontada frente a Santiago de Cuba y recordar el año anterior cuando los derrotaron en el mismo Guillermón Moncada, pero en esta ocasión con más intensidad y dramatismo.

«Esos muchachos que nos sustituyeron pusieron en alto el nombre de la camiseta. Nuestra ausencia apenas se sintió y eso, sin dudas, fue la muestra del tremendo trabajo que hicieron a pesar de su inexperiencia. Hay talento para rato en La Habana», apuntó.

Herrera es un serpentinero de 31 años que se encuentra en el mejor momento de su carrera, luego que hace más de tres años y medio fue sometido a una cirugía Tommy John (reparación o reemplazo del ligamento del codo), de donde regresó más fortalecido y dominante.

Siete juegos salvados y un promedio de carreras limpias permitidas cada nueve entradas de 3.29 en un béisbol famoso por su ofensiva, llamó la atención de los directivos italianos y partió al continente europeo junto a otros peloteros claves del elenco capitalino.

«Fue un sueño cumplido y una experiencia muy bonita jugar como profesional. Allá chocas con una manera diferente de ver el juego. Eres independiente totalmente y responsable por tu rutina de trabajo, por tu rendimiento y por tu comportamiento ante los fanáticos», apuntó.

«Por supuesto que tienes entrenadores en cada área, pero te dejan trabajar en función de lo que vienes realizando, además del trabajo en conjunto con el resto de los jugadores», añadió.

En 14 capitulos y dos tercios que trabajó en la campaña italiana (siempre como relevista) dejó un promedio de efectividad de 2.45, un Whip de 1.28, ponchó a 16 rivales, salvó un partido y ganó dos, ambos en los playoffs.

A su regreso valoró de muy productiva su estancia y confesó que fue un desafío en lo deportivo y en lo cultural por el idioma diferente, aunque generalmente se comunicaba en inglés con las personas fuera del terreno y en español dentro del equipo.

«Enfrentarse a bateadores con mucho nivel sin dudas eleva tu calidad. Igualmente asimilas una forma diferente de dirección y una especialización del pitcheo que te permite saber cuando te toca subirte al montículo», confesó.

Al contrario de lo que piensan muchos aficionados, Herrera enfatiza que la Liga Italiana tiene mucha calidad, es muy competitiva con predominio del pitcheo, donde los serpentineros tienen una media de velocidad en su recta de 88 millas por hora y los bateadores son muy agresivos.

«Nosotros jugamos en la serie A1, que viene siendo como la primera división. Se compone de seis equipos con una presencia mayoritaria de jugadores latinos con experiencia en las Ligas Menores de Estados Unidos», acotó.

El capitalino, que sigue enfrascado en lograr nuevas metas en su carrera, dijo que el béisbol cubano es muy valorado en Italia, gracias a entrenadores como Javier Gálvez y José Manuel Cortina, quienes sentaron las bases y se encargaron de colocar nuestro deporte nacional en el lugar que merece.

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