Este lunes, los Bombarderos de Santa Clara, en representación de Cuba, buscarán mantener su invicto en la Serie Mundial de las Pequeñas Ligas, luego de vencer en su debut el pasado jueves a la República Checa con pizarra final de 4-1.

Su rival será la potente selección de China Taipei, vencedores de Canadá en la primera fecha con marcador de 11-0, y de Australia el sábado con pizarra final de 8-0.

En el torneo, que se juega en la ciudad estadounidense de Williamsport desde 1947, participan un total de 20 equipos divididos en dos zonas, donde en una de ellas compiten solo equipos de Estados Unidos, país que ha ganado 39 trofeos en esas lides.

Una decena de selecciones, clasificadas por diferentes regiones del planeta, pugnan entre sí para llegar a la gran final y discutir el título con un elenco anfitrión.

Según el reglamento de la competencia, las escuadras que pierdan dos desafíos quedarán eliminadas, como sucedió el año pasado con los Alazanes de Bayamo, quienes hicieron historia al representar por primera vez a Cuba y lograr el primer triunfo antes de regresar a casa.

Gracias a las ofertas automáticas que ofrecen los organizadores de forma rotativa los antillanos no tuvieron que eliminarse en la región del Caribe y clasificaron directo a esta versión de 2024.

Los dirigidos por Everaldo Pedroso, todos niños con edades comprendidas entre 10 y 12 años, vencieron en la final nacional a su similar de Sancti Spíritus y alcanzaron el cupo para participar en un evento único, donde vivirán una experiencia inolvidable.

El jueves, perdían 1-0 a la altura del quinto episodio (se juegan seis) y sacaron ese extra que demostraron en el campeonato doméstico para fabricar dos carreras, sumar dos más en el último acto y llevarse una importante victoria.

Sus rivales checos, ganadores Invictos de la región Europa-África, están presentes por segundo año consecutivo en esta justa y estuvieron a seis outs de derrotar a los criollitos del patio.

Pero más allá de triunfos o derrotas lo más importante para esos niños es disfrutar el juego que tanto aman, ser embajadores de una nación donde ese deporte es Patrimonio Cultural y divertirse mucho.

Son selecciones de municipios, de barrios o de estados de diferentes países y quizás muchos de ellos jamás lleguen a integrar ninguna selección nacional en un futuro, por lo que su estancia alli es un privilegio que tienen que aprovechar.

Los organizadores se han encargado de repartir módulos de implementos deportivos a todos los competidores para que no existan diferencias, planifican visitas a centros históricos y culturales de la ciudad y les obsequian regalos a todos.

Un día antes del inicio se realizó una gran fiesta donde los equipos desfilaron por varias arterias de la urbe y los nuestros ondearon con orgullo la enseña nacional en todo el trayecto y pusieron en boca de todos el nombre de esta isla.

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