Foto: Ricardo López Hevia

La hazaña de Mijain López en las Olimpiadas de Paris no podrá ser replicada por ningún atleta en su especialidad y peso en competencias. No se trata de establecer una marca que puede ser superada o permanecer imbatible como la de su coterráneo Javier Sotomayor, sino de establecer una pugna contra cronos en dos edades. Y veinte años, casi la mitad de su vida, aunque pesan, los superó.

Es por eso que no admito las suposiciones de periodistas foráneos quienes han despachado artículos en los cuales la forma de enfrentar al Gigante de Herradura, ha sido a través de artículos de prensa en los cuales defienden el inexistente paralelismo condicionado por la imaginaria sombra del Héroe de Paris; mientras apostaban en silencio a su derrota frente a un atleta cubano nacionalizado chileno.

Comienzan a tejer una presumida historia mediática que contradice las declaraciones del propio Yasmani Acosta, quien se refirió a Mijain con respeto y no podía ser de otra forma. Su deserción en Chile lo llevó a un camino de dificultades que enfrentó luego de haber recibido una preparación que, en ese país sudamericano no habría conseguido, y mucho menos podría haber soñado con alcanzar una medalla de plata en Olimpiadas. Es la verdad. Los argumentos resultan fatuos más allá de cualquier suposición edulcorante para contar una supuesta historia paralela a la de Mijain.

En realidad se formaron en la misma escuela, con técnicas que no fueron selectivas entre uno y otro. En Mijain convergieron todos los elementos que integra la energía del universo –si consideramos entrar en las comparaciones-, pero no tuvo que trabajar como guardia de seguridad, ni probarse en diferentes clubes para regresar a la búsqueda de un propósito: atleta pentacampeón olímpico.

Tampoco podemos aceptar la referencia a un aparente “deterioro del régimen político” en Cuba para justificar la decisión de emigrar por razones económicas o ambiciones personales. Mijain es la prueba de la fortaleza de la voluntad de todo un pueblo y la consistencia de la unidad en el sistema político cubano y mucho más: de su responsabilidad como representante de Cuba y el respeto al pensamiento inspirador de Fidel.

Decir lo contrario, para hablar de quien no pudo derrotar a Mijain, es admitir errores históricos que no pueden relacionarse con la hazaña realizada por un atleta que decidió permanecer en su país, bajo el asedio del bloqueo impuesto por la más grande potencia imperialista y regalar ese triunfo que hicieron suyos millones de admiradores en todo el planeta, al agitarse todos los pabellones como una muestra de que logró alcanzar el mayor sueño de cualquier ser humano.

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Mijaín es cinco veces campeón olímpico: La hazaña que hizo exclamar a todo el planeta el nombre de Cuba en París