Desde hace varios días es noticia la reincorporación a la selección nacional de atletismo de Cuba del saltamontes Juan Miguel Echevarría. Tras dar a conocer su deseo de reincorporarse a la selección nacional de atletismo de Cuba, la vicepresidenta de la Federación Cubana de Atletismo, María Caridad Colón expresó que «tal como respetamos su decisión de probar nuevos caminos, aplaudimos su disposición de retornar a nuestra selección nacional».
Al respecto, debemos recordar que en el caso de Juan Miguel Echevarría, este causó baja de la selección nacional por solicitud propia, argumentando en ese instante problemas personales, hecho que aconteció a mediados de 2022. Después de ello, se radicó en el extranjero.
Respecto a su solicitud de reincorporarse a la selección cubana de atletismo, Rolando Charroo, comisionado nacional de dicho deporte, expresó que no existen elementos que lo inhabiliten, por lo que su caso «se sumaría a la política de reinserción vigente para el deporte cubano», afirmando que «apoyarem«os desde nuestro alcance cualquier paso vinculado a su presencia en París 2024».
Pero, se quiera o no, las cosas no son tan sencillas como algunos pudieran pensar, pues Juan Miguel aún tendrá que sobrepasar, o al menos alcanzar, los 8.27 metros impuestos a los hombres como marca clasificatoria rumbo a París 2024. El reloj juega en contra del criollo, quien deberá alcanzar esa marca a más tardar el 30 de junio, fecha en que concluye el proceso clasificatorio del salto largo. Si a ello se le suma la falta de competencias del criollo tras causar baja de la selección nacional, las cosas se tornan aún más complejas.
Sin embargo, no todo está perdido, ni mucho menos. El antillano dio a conocer que cuenta con un as de triunfo, al anunciar su incorporación a los entrenamientos bajo la tutela de esa gloria del deporte cubano que responde al nombre de Iván Pedroso, quien además se destacó como saltador de longitud. Por solo citar sus principales resultados, Pedroso ganó 9 oros mundiales, (cuatro al aire libre y cinco bajo techo) y el oro en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000. A ello hay que sumarle que ha demostrado ser un consumado entrenador, algo que se aprecia en los resultados alcanzados por Yulimar Rojas y Ana Peleteiro.
Todo lo anterior, sumado a los deseos de Juan Miguel de cambiar la plata de Tokio 2020 por el oro en París 2024, ponen a pensar, a más de uno, en la posibilidad de que alcance el tan anhelado boleto rumbo a la capital francesa.
La gran incógnita, en estos momentos, es saber en qué forma se encuentra el cubano, un hombre que tiene como marca personal (válida) la de 8.68 metros, cifra que ha rebasado en par de ocasiones, aunque lamentablemente con viento a favor, llegando a estirarse hasta 8.92 metros, cuando el viento alcanzó los 3.3 metros por segundos a favor. Solo el tiempo dirá si, en definitiva, el cubano logra clasificarse a París 2024. De lograrlo, esa sería otra historia.
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