Desde la temperatura del agua, hasta el viento, o las corrientes existentes, son algunos de los factores que influyen en la natación en una prueba de triatlón. Cualquiera de esos factores puede hacer que un competidor se sienta mejor, o peor, un día determinado, y ello influir en el resultado final de la competencia.

Pero más allá de las condiciones naturales, y la forma en que se sienta el atleta, tanto física como
emocionalmente el día de la competencia, hay un elemento que no siempre es apreciable a simple vista, incluso para los mismos jueces, y es lo que ocurre dentro del agua.

De esos "fenómenos" sabe mucho la habanera Leslie Amat, quien una vez concluida su actuación en el VIII Triatlón de La Habana comentó haberse sentido muy bien en el segmento de la natación, sin embargo, refiere que se sintió un poco acosada por una japonesa, con la cual "vengo teniendo problemas dentro del agua desde Venezuela".

"No sé qué pasa, busco alternativas, y de pronto me están golpeando, me están halando. Hoy en la natación una japonesa se me puso al lado y me iba chocando con el antebrazo mi cadera, y eso me frena".

Quien piense se trata de una bobería, este reportero le reta que entre a una piscina, y nade en esas condiciones para que pueda apreciar cuánto tal proceder le frena, con el consiguiente desgaste físico y psicológico, aspectos que nuestra entrevistada no menciona, pero que se hacen presentes. Después, imagínese eso mismo en una competencia, fuera de la relativa seguridad de una piscina, con distancias mucho más largas, y sabiendo que aún tiene que guardar fuerzas para la bicicleta y la carrera a pie.

A propósito de la bicicleta, allí las cosas resultaron un tanto más cómodas para la habanera, quien, pese a un ligero contratiempo que tuvo al momento de la transición entre el nado y el ciclismo, comenta, en ese segmento, se sintió muy fuerte. La capitalina expresó que en la bicicleta estuvo "bastante reservada, aún cuando a veces pasé para la punta. La segunda transición la hice muy rápido, saliendo primera a correr. La primera vuelta de la carrera me sentí bastante bien, aunque a lo mejor salí muy rápido y después no pude mantener el ritmo, eso tengo que regularlo".

El final es conocido, la habanera entró en el décimo lugar, sumando así importantes dígitos en busca de hacerse con el cupo de nueva bandera rumbo a los Juegos Olímpicos de París 2024. Esperemos que esta vez no ocurra como en Tokio 2020, donde Leslie se quedó a bien poco de alcanzar su pasaje a la cita olímpica. Claro que para ello debe seguir entrenando, y compitiendo, aunque deba enfrentar el acoso dentro del agua, problemas de salud, las inclemencias del tiempo, o diferentes situaciones con su «corcel de hierro», como le ha sucedido en anteriores oportunidades.

La propia Leslie comenta que este es un deporte donde hay que competir mucho para obtener puntos, y no cometer errores con la alimentación, algo que le ha pasado factura en anteriores eventos. Acerca de sus venideras apariciones, en un próximo trabajo traeremos las declaraciones de su entrenador, quien tiene trazada la estrategia en busca de que este año su discípula no quede fuera de la cita olímpica.

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Leslie Amat sigue sumando puntos