El equipo cubano de beisbol, por primera vez en más de 60 años con jugadores activos en las Grandes Ligas, no pudo avanzar a la final del V Clásico Mundial al caer este domingo ante la selección de los Estados Unidos con pizarra de 14-2, en duelo escenificado en el LoanDepot Park de la ciudad de Miami.
El llamado Team Asere, movido por la fuerza de millones de cubanos alrededor del mundo y encaramado en su motivación por haber cumplido su objetivo en este magno evento, trató de arremeter contra una escuadra muy superior para buscar un triunfo histórico, pero esta vez los molinos de viento estaban bien plantados sobre el campo de juego.
Los norteamericanos, quienes contaban en su line-up con jugadores que entre todos conectaron más de 270 cuadrangulares e impulsaron más de 800 carreras en su última temporada en Las Mayores, impusieron su favoritismo al desplegar una artillería de 14 imparables que disipó los sueños antillanos y apagó una llamita de esperanza que soplábamos todos antes del comienzo del desafío.
La tropa de Mandy Johnson marcó una carrera en el mismo primer inning cuando combinaron tres sencillos por el cuadro con un boleto a Alfredo Despaigne, pero no pudieron aprovechar la brecha al dejar los ángulos congestionados, y después de ahí llegó el diluvio.
Un desfile de siete lanzadores no pudo aplacar la temible ofensiva de sus rivales. Roenis Elías, Miguel Romero, Carlos Juan Viera, Ronald Bolaños, Elián Leyva y Frank Abel Álvarez, fueron castigados sin poder colgar una sola argolla en los dos primeros tercios de juego, y José Ramón Rodriguez aceptó la última por un cuadrangular del sustituto Cedric Mullins.
Par de bambinazos de Trea Turner que trajo cuatro anotaciones para el plato y uno de Paul Goldschmidt que combinó con un sencillo para impulsar otras cuatro, fueron más que suficientes para que los norteños se llevarán el triunfo.
El veterano de 41 años Adam Wainwright lanzó cuatro entradas apoyándose en sus envíos rompientes para anotarse el éxito, y después de su salida el relevista Miles Nikolas soportó tres indiscutibles, entre ellos un tubey de Yoan Moncada y un hit de Andy Ibáñez que trajo a casa la segunda y última carrera de los cubanos.
Los mejores bateadores por los nuestros fueron Yoelkis Guibert con un trío de hits en cuatro turnos, y la dupla de Moncada y Erisbel Arruebarrena, ambos de 4-2.
La derrota no empaña para nada la actuación cubana en este torneo, después de firmar una remontada antológica en su grupo clasificatorio para colarse entre los cuatro grandes del torneo beisbolero más importante del planeta, actuación que merece nuestro respeto y la ovación más fuerte.
El hecho de poder unir por primera vez en un mismo equipo a cubanos emigrados que se despeñan en el mejor beisbol del mundo y en otras ligas profesionales, es la mayor victoria que podemos obtener los amantes de este deporte.
Confeccionar un team de beisbol donde los peloteros dejaron fuera de los estadios sus ideologías políticas y lucharon en la arcilla por la tierra que los vio nacer, es un gran triunfo y deja abierto un camino para futuras contiendas, donde se irán sumando otros. ¡Que viva el beisbol y la unidad de los cubanos!

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