Este lunes comenzaron los entrenamientos de la preselección cubana rumbo al V Clásico Mundial de Béisbol en el estadio Latinoamericano. Dentro del grupo está Ariel Martínez, el joven yumurino que tan buena campaña ofensiva tuvo esta temporada con los Dragones de Chunichi de la Liga Japonesa.

Contratado como receptor hace casi un lustro por aquella franquicia, este año para sorpresa de muchos se desempeñó en el jardín izquierdo y en la primera almohadilla, y es en esta posición donde aparece en el listado de 50 nombres publicado por la Federación Cubana de Béisbol.

El nuevo director del Chunichi me prometió que si yo iba para los jardines jugaría todos los días, y mi objetivo es convertirme en una súper estrella allá en Japón, ganar un campeonato y discutir lideratos, y entonces al conocer ese chance tomé esa decisión, le declaró a Tribuna de La Habana.

Este año casi todos los partidos los jugué allí, solo algunos juegos estuve en primera cuando no estaba Dayán Viciedo, pero es una posición que yo siempre jugué, agregó.

El cambió surtió efecto porque este joven tuvo un año consagratorio a la ofensiva al compilar para 276 Ave con ocho bambinazos, 24 carreras impulsadas y un slugging de 437, todo en 286 turnos al bate.

Sin embargo no pudo demostrar su talento cuando se incorporó al equipo Centrales para jugar una de las semifinales de la Liga Élite del Béisbol Cubano, al conectar apenas un par de imparables en 22 comparecencias y empujar solo una carrera.

Después de la polémica desatada por los aficionados, la preocupación mayor es el daño psicológico que esto pueda acarrear, cuando quedan menos de dos meses para que comience el magno evento.

Ariel dijo que aunque no había entenado con el equipo ni había hecho prácticas de bateo en el terreno, sí había trabajado para tratar de mantener su físico y prepararse para el próximo año, pero las cosas no le salieron bien.

Psicológicamente eso me puede golpear porque como no me fue bien puedo preocuparme, pero tengo tiempo para arreglarlo. Debo ocuparme y no preocuparme y trabajar junto a los entrenadores y los muchachos del equipo para volver a coger la confianza y la forma. Pienso que sí, que hay tiempo. Físicamente me siento bien y sé que voy a estar mejor porque ahora estamos en esta preparación que comienza hoy, más lo que pueda hacer yo de forma individual, aseguró.

Para ganar en la pelota hace falta hacer carreras. Quiero ponerme bien para ayudar al equipo ofensivamente en el rol que me toque, sea en primera base, en los jardines o en el cátcher, porque me siento en condiciones para volver a regresar ahí, añadió.

Conversando sobre la posición en la que prefiere desempeñarse confesó que en la receptoría, porque es allí donde se mantiene más entretenido y concentrado, y le gusta “eso de poner la cabeza a pensar junto con el lanzador para sacarles out a los bateadores”.

“Traje los arreos, están ahí. Vamos a ver qué pasa”, dijo.

Interrogado sobre cómo será la integración de este equipo con atletas de Grandes Ligas respondió que será muy buena, porque siempre han mantenido la comunicación y puso el ejemplo de sus excelentes relaciones con Luis Robert de los Medias Blancas de Chicago, con quien jugó en los juveniles e integró varios equipos Cuba.

Es una ilusión volver a vernos y poder representar a Cuba. Ellos nos enseñarán cosas porque están en el mejor béisbol del mundo, y sé que van a halar porque dieron un paso al frente y mostraron las ganas. Estoy seguro que darán el 100% y van a aportar mucho, aseguró.

Con relación a las posibilidades de la selección nacional, concluyó diciendo:

Pienso que se está haciendo un grupo que lo tiene todo: ofensiva, velocidad, y lo más fuerte está en el área del pitcheo, sobre todo los relevos. No tenemos esas súper estrellas que tienen otros equipos, pero un juego de pelota lo puede ganar cualquiera. Si hacemos las cosas bien y le ponemos corazón y entrega, podemos llegar lejos con los peloteros que tenemos.

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