El pasado 3 de diciembre bajé a la banca de Portuarios en el estadio Latinoamericano por última vez en esta campaña. No tenía un plan de entrevistas ni un objetivo claro. A solo unos minutos de comenzar el desafío los graderíos del coloso estaban desiertos y esos muchachos de bonito uniforme con un nombre tan raro en el pecho, estaban hundidos en la última posición de la tabla de posiciones de la nueva Liga Élite del Béisbol Cubano.
Se me ocurrió conversar “off the record” con el timonel Michael González, porque no pensé que a esas alturas sus palabras pudieran despertar algún interés en una fanaticada que no se identificaba con este nuevo equipo, para colmo sotanero.
“Todavía hay tiempo, vamos a clasificar”, me dijo casi con las mismas palabras que hace un par de años atrás usó Rey Vicente Anglada en la Serie Nacional antes de una de las épicas remontadas del mítico equipo Industriales.
Algunos jugadores me dijeron lo mismo, y luego de la victoria alcanzada esa tarde (su tercera en forma consecutiva) confié y escribí una de esas arengas optimistas que algunos amigos criticaron.
Cierto que el domingo cayeron por la mínima 2-1 para despedirse por el resto del calendario del Latino, pero a partir de ahí salieron vencedores en nueve de los siguientes 11 partidos para completar la hazaña, y clavar la bandera de los estibadores en la tierra prometida de la postemporada.
Es asombroso como la fe no se quebrantó jamás en esa tropa, y se entregaron en el terreno con todos esos demonios encima en medio de los densos silencios de las tribunas, y de los múltiples escollos que aparecieron a diario en un torneo que se ha hecho célebre por sus desaciertos.
De alguna manera esta unión de peloteros llegados de las filas de Huracanes y Leones funcionó, y a partir de los primeros días de enero tratarán de utilizar esa inercia a su favor para colarse en la final y discutir la primera medalla dorada que se otorgará en este tipo de torneo selectivo.
Desgraciadamente los que viven en la capital ya no podrán asistir al legendario estadio del Cerro a ovacionarlos, pues el reglamento de la competencia estipula que la postemporada se jugará en los estadios sedes, en este caso el Nelson Fernández de San José de Las lajas.
Una pena para una ciudad cosmopolita de mucho más de dos millones de habitantes, donde su fanaticada tendrá que ver los juegos por televisión, y los que se encuentren trabajando en esos horarios vespertinos, ni siquiera podrán escucharlos por radio, porque la emisora provincial de Mayabeque no cuenta con el presupuesto necesario para las transmisiones, al menos hasta el momento de escribir estas líneas.
Si la Comisión Nacional recapacita, nos vemos en el estadio.
Vea también:
El o los que decidieron eso lo hicieron con toda la mala intención de que don capaces. Demuestran mala fe al béisbol de la capital y a su afición.
Y siguen las meteduras de pata --una tras otra-- de La Comisión Nacional de Béisbol. Como si fueran pocos los desaciertos y tropiezos para contribuir al fracaso de algo que pudo ser sublime pero evidentemente no hay cabeza. Perdónenme mi rudeza al expresar lo que siento, escribo con total sinceridad y espero no ser censurado por mis palabras.
¿Por televisión?, imposible. Telerebelde, el canal del fútbol en Cuba, estará retransmitiendo hasta el cansancio los partidos del mundial de fútbol
Increíble!!!
Otra pifia más. Lo peor que no será la última. Habana y Almendares, como los extraño.