La Liga Élite del Béisbol Cubano ya es un hecho. Cuando este sábado salgan a la grama del Mártires de Barbados de Granma las selecciones de Tabacaleros y los anfitriones Agricultores, comenzará el campeonato beisbolero selectivo que durante años han reclamado los aficionados a este deporte.
Las opiniones con respecto al éxito de este torneo están divididas. Varios colegas en sus medios de prensa han expuesto razones muy válidas que pueden afectarlo, e incluso algunos, con argumentos nada despreciables, son más osados y le pronostican un rotundo fracaso.
Nosotros los que creemos en el béisbol como “una lámpara de inagotable aceite” (parafraseando al poeta) nos resistimos a esa tesis a pesar que muchas fuerzas negativas (entiéndase malas prácticas) han puesto en peligro su grato nacimiento.
Es cierto que a la gran incógnita de la identidad que pueda tener la fanaticada con los nuevos equipos formados por zonas geográficas, punto neurálgico en esta historia, se han unido otros demonios salidos de la caja de Pandora de la Comisión Nacional, como pueden ser los antipopulares nombres de los equipos, la ausencia de un salario superior y diferenciado para los atletas, los pocos partidos que se jugarán en estadios simbólicos, y otros etcéteras.
Es cierto también que quizás no están dadas algunas condiciones en nuestro país para organizar un evento de esta categoría, y que hay un listado de problemas que volarán como auras tiñosas sobre los cielos de los estadios, pero no todo es oscuro en este panorama beisbolero, y hay luces que al final confío iluminen los senderos por donde andará este espectáculo.
La Comisión Nacional, con Juan Reinaldo Pérez al frente, se ha anotado algunos puntos antes del inicio, y esto, unido a la gran pasión que siente este pueblo por el béisbol, debe sacar a flote el torneo y prender sus raíces como una vez las tuvieron aquellas series selectivas de antaño.
Vistosos uniformes con nuevos colores identificativos, un calendario bien diseñado, la garantía de mantener la competencia en una fecha fija todos los años, y la motivación que el campeón asistirá a la serie del Caribe, son puntos que sin dudas ayudarán a empujar este proyecto tan necesario para elevar el techo de este deporte.
Más allá de todo, un campeonato donde la calidad está más concentrada y hay una gran paridad entre las escuadras contendientes, tiene que llamar la atención de esos fanáticos, que aunque se han acostumbrado a hinchar por sus equipos provinciales, no podrán quedar indiferentes al sonido de los bates y las pelotas.
Crear una identidad nueva quizás lleva tiempo, pero el camino se hace andando, y en eso nosotros los comunicadores vamos a tener un papel vital. Nos vemos en el estadio.

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