Durante años, los amantes del voleibol de sala en Cuba nos quedamos “vestidos y sin bailar”, pues las selecciones de la Mayor de las Antillas tropezaban una y otra vez en su camino al podio. Sin embargo, lo realizado este año por la selección masculina de ese deporte ha vuelto a hacer sonar, a base de un  inteligente y potente trabajo de equipo, el son y la rumba cubana en las canchas internacionales, donde en los últimos meses los cubanos han ganado los tres certámenes que han enfrentado.

El primero de esos eventos fue la Copa Panamericana Norceca Six Masculina de Voleibol, celebrada en el mes de julio, y donde los cubanos concluyeron, invictos, en lo más alto del podio, al vencer en el juego del adiós al equipo de Canadá.

Después llegó el momento de enfrentar el Challenger Cup, en Corea del Sur, y allí los dirigidos por Nicolás Vives no dieron tregua a sus rivales para llevarse, con apenas un set perdido, el único boleto a la Liga de Naciones de Voleibol de 2023. Más recientemente los alumnos de Vives se alzaron con un nuevo trofeo (el tercero en tres certámenes consecutivos), al dominar de forma arrolladora a todos los equipos que enfrentó, al punto de ganar 15 set y no ceder en ninguno.

Hablamos de la XV Copa Panamericana de Voleibol, que tuvo por sede a Canadá, país que debió conformarse con el segundo lugar tras ceder 3-0 ante los cubanos. Sin dudas, la inclusión de jugadores de la Mayor de las Antillas en ligas foráneas, unido al trabajo de equipo realizado previo al inicio de estos certámenes, han contribuido al resurgir del voleibol masculino en Cuba, un ejemplo que esperamos, sea seguido por las muchachas de forma que la alegría pueda ser completa.

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