Faltan más de dos meses para que comience la nueva Liga Élite del béisbol cubano, esa que defendí alzando las dos manos desde que se anunció, a pesar de sus puntos oscuros. Las razones que tuve para apoyarla, en una batalla con varios de mis colegas, no vienen al caso ahora.
En este minuto, sumido en una gran decepción después de la elección arbitraria de los nombres de los equipos, mis manos cayeron, y no tengo fuerzas para enarbolar esa bandera beisbolera, a pesar que nuestro querido deporte nacional no tiene la culpa de los errores de los personajes que mueven sus hilos.
Fiel a mi optimismo de siempre, a mi ingenuidad, o a mi maldita manía de sembrar flores en los desiertos, digo que aún estamos a tiempo de recapacitar, de inventar algunas de esas historias increíbles, o de sacrificar orgullos, y borrar este negro capítulo que estamos viviendo.
El rechazo de este accionar ha sido unánime. Imagino que quienes tomaron esa decisión, estén ahora mismo temblando y agarrados de un poste por el tremendo terremoto que han desatado entre los aficionados y, especialmente, de las provincias La Habana y Mayabeque.
Violentar el sufragio popular fue un error muy grande, porque los nombres impuestos no tienen el apoyo de NADIE, o al menos no conozco un solo caso que esté de acuerdo con esos Portuarios y Agricultores que nos quieren imponer.
Lo vuelvo a repetir: estamos a tiempo. Aún pueden hacerlo por el bien del béisbol cubano. Se está corriendo el riesgo de un boicot popular, de un repudio colectivo a una liga que se supone será nuestro campeonato élite.
Los aficionados que estaban dudosos se habían dejado llevar por el entusiasmo que generó esa encuesta y por los nombres "aprobados" en el segundo sufragio que luego desapareció.
La previa iba bien, los periodistas provinciales estaban moviendo a las masas y las mayorías mostraban entusiasmo con esos nombres renovadores, nuevos, e inspiradores.
Estamos a tiempo para vernos todos otra vez en el estadio.
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Primero que todo felicitar y reconocer el trabajo de Boris por su valentía y lucha en este problema. Reconocer que la gente se metió de lleno en las votaciones con tremenda ilusión y añoranza de mejorar lo que más ama el cubano que es el béisbol. Pero los que mandan mataron todas esas ilusiones y añoranzas. Claro, el público cometió un error imperdonable: revivir el pasado con el Almendares.
¡Ah! Y a tiempo estamos hace rato, desde que empezamos a perder en el 2008.
Saludos. El nombre Portuarios NO ME REPRESENTA
Doy mi apoyo a su valiente comentario estimado periodista Boris Luis Cabrera, la Comisión Nacional no debe seguir siendo oídos sordos a los reclamos del pueblo, sólo con la participación y la sabiduría del pueblo se podrá levantar un día de nuevo el gigante que es nuestro béisbol.
Estamos a tiempo de rectificar y eso es de sabio, sino lo hacen los estadios va estar vacío y genera más crisis para nuestro Béisbol que dicho sea de paso está muy mal. Se vislumbra buen fracaso total del supuesto torneo élite. Recuerden, con la fuerza de las masas no se puede.